La despoblación que afecta a Aragón toca de cerca al sector educativo. En Aragón, el 95% de las localidades tienen menos de 5.000 habitantes y en ellas está escolarizado el 17% del alumnado. Más de 34.100 aragoneses se forman en aulas rurales y una de cada diez escuelas en Aragón, 85 en total, tiene menos de diez alumnos.
Casi la mitad de los municipios de la Comunidad (46,5%) no tienen escuela durante este curso. En 212 pueblos de Aragón no se superan los 100 habitantes y de ellos, en 66, no hay niños menores de 15 años. A pesar de que el Gobierno de Aragón bajó en 2015 la ratio a tres alumnos para mantener abiertos los colegios (antes era cuatro), hay localidades que no alcanzan ni siquiera esa cifra. Además de la nueva ratio mínima para mantener una escuela abierta, el departamento de Educación estableció un plan de estabilidad del profesorado para que los docentes se mantengan más años en los centros y pueda continuarse con los programas educativos implantados.
Decenas de escuelas habrían estado abocadas al cierre sin la nueva ratio. Este año, la medida beneficia a 41 centros rurales, 20 centros de Teruel, once de Huesca y diez de Zaragoza, con entre tres y seis alumnos. Para el director general de Innovación y FP, Toni Martínez, esta es “una de las mejores medidas en la lucha contra la despoblación y una forma de facilitar a las familias la escolarización de sus hijos cerca de su domicilio”.
Dos de las siete escuelas que en España tienen menos de tres alumnos se encuentran en la provincia de Teruel, en la que otros veinte colegios no llegan a los siete niños. Tornos y La Cerollera están en el límite con tres escolares. Una situación que es un poco mejor en las escuelas de Odón, Arens de Lledó, Ejulve, Visiedo y Camarena, que cuentan con seis alumnos; o en Blancas, Cuevas de Cañart, Venta del Aire, Castel de Cabra, Alacón, Fuentes de Rubielos, Frías de Albarracín y Torrelacárcel, todas ellas con cinco escolares. Mientras Gallocanta, Pitarque, Báguena, Riodeva y Tramacastilla cuentan con cuatro alumnos.
En la provincia de Huesca, Villanueva de Sijena, Estopiñán, Laspaúles, Laluenga, Saravillo, Montesusín y Senegüé cuentan con seis alumnos; Azanuy y Sesa tienen cinco escolares y Chalamera y Paúles de Sarsa sobreviven con cuatro.
Tosos y Sestrica, en Zaragoza, tienen seis alumnos, mientras Almonacid de la Cuba, El Bayo, Bardallur y Undués de Lerda viven con cinco alumnos y Santa Ana de Mainar, Letux, Mara y Villafeliche cuentan con cuatro escolares.
El curso que acaba de empezar viene marcado por el cierre de otros colegios, que pasarán así a aumentar el listado de pequeñas localidades aragonesas que no disponen de servicios educativos.
Es el caso, por ejemplo, de la Escuela Alba del Campo que el curso pasado era uno de los colegios más pequeños de España con solo tres alumnos. Sin embargo, este año, no ha abierto sus puertas. Maribi Elena era la profesora de la escuela el curso anterior que destacaba cómo el entorno “tan accesible permite enseñar de una manera que en un colegio más grande sería impensable”. Ha recordado cómo salían al parque, iban a una tienda o hablaban con las personas mayores “aprendiendo, a veces, a pie de calle”.
El Colegio Miguel Servet, en Villanueva de Sijena, ha estado al borde del cierre. En el curso 2017/2018 comenzó con solo tres alumnos y las previsiones eran de una sola niña. Sin embargo, el curso pasado salió adelante con cinco alumnos, este año ha abierto las puertas del nuevo curso escolar con un alumno más, seis. Para la directora del colegio, Clara Hortas, es una vida “muy familiar”. “Hay mucho contacto con los alumnos y prácticamente es una enseñanza personalizada ya que se tiene en cuenta mucho lo que les motiva”, ha añadido.
Morata de Jiloca optó por crear un Colegio Agrupado, y junto con las convocatorias de puestos de trabajo y viviendas a familias está consiguiendo, poco a poco, frenar la despoblación con un total de doce alumnos que van desde los tres a los doce años. La profesora del centro, Pamela Romero, comparte el espacio con otra profesora que llegó el curso pasado. Una se encarga de infantil y primer ciclo de primaria y otra lleva el aula con el resto de niños de primaria. “Hemos pasado de estar de una aula unitaria a dos que eso para las escuelas rurales es un paso enorme porque mejora mucho la calidad de la enseñanza”, ha apuntado.
Desde el Gobierno de Aragón defienden que la “escuela rural necesita una especial protección”, ya que es la red más extensa en número de centros, llega a todos los puntos y contribuye a la vertebración del territorio. Y es que el mantenimiento de colegios supone la principal arma en la lucha contra la despoblación. Desde Educación recuerdan que el 18% del alumnado aragonés (más de 34.100 alumnos) estudia en localidades de menos de 5.000 habitantes y a ellos se dedica el 31% del presupuesto educativo. El 27% del profesorado aragonés imparte clase en el medio rural.
Aragón cuenta con un total de 85 escuelas rurales con menos de diez alumnos que contribuyen a mantener vivos sus pueblos y encendida la esperanza de un futuro mejor.