De Nathy Peluso para Raquel Meller, el homenaje a la cupletista aragonesa que cautivó a Chaplin

La intérprete argentina Nathy Peluso, durante la actuación de los Premios Goya 2021. Foto: Premios Goya
photo_camera La intérprete argentina Nathy Peluso, durante la actuación de los Premios Goya 2021. Foto: Premios Goya

Dispuesta a captar todas las miradas, la cantante Nathy Peluso tuvo el honor de abrir las actuaciones de la Gala de los Premios Goya 2021 con una versión cargada de sensualidad de “La violetera”. La elección del cuplé, compuesto por José Padilla en 1914 y popularizado por la artista aragonesa Raquel Meller, da en el clavo uniendo dos géneros, el trap y el cuplé, ligados a la insinuación y el deseo fugaz. Más aún, si se tiene en cuenta que fue en Argentina donde la turiasonense alcanzó la fama gracias a su obra de teatro “Cuplé”.

Durante la actuación de la intérprete bonaerense, se proyectaron imágenes de “La Violetera”, película de Luis César Amador realizada en 1958 y protagonizada por Sara Montiel, un obsequio de Antonio Banderas al cine clásico español. Pero también, se exhibieron fotogramas del actor Charles Chaplin en “Luces de Ciudad”, sorprendente para el público que pensaría, ¿qué pinta Charlot entre flores y fandangos? Pues existe un motivo en una intrahistoria que uniría a Meller y al actor inglés para siempre, y que “Queer Cañi Bot” se ha encargado de rescatar en “Hoy empieza todo”, de Radio3.

Autógrafo firmado por la actriz aragonesa Raquel Meller. Foto: www.visitaporelmoncayo.com

Si existió una diva con todas las letras, en las primeras décadas del siglo XX español, esa es desde luego Raquel Meller. A decir más, su apodo, “La divina Raquel”, se lo ganó a pulso al mostrar su fuerte carácter con los hombres más poderosos de su época. Nacida en Tarazona en 1888, Raquel provenía de una familia muy humilde, por otra parte, común entre las artistas de este género. Su padre fue de profesión herrero y ella, costurera durante largos años hasta que la descubrieron y se convirtió en una gran estrella del cuplé y del cine mudo, no sólo en España, también en Nueva York, París, Buenos Aires, y en todo el mundo.

Hasta tal punto llegó su caché que sus emolumentos llegaron a superar los del cantante y compositor Carlos Gardel. Por su puesto, le generó una legión de admiradores que la seguían a todas partes. Uno de los más fervientes era el Rey Alfonso XIII, amante del género musical y también del femenino para no desentonar.

Cierto día, el monarca le envió un emisario a la artista aragonesa para pedirle que actuara en palacio, algo habitual en la época. Raquel, dando muestras una vez más de su temperamento, le dijo al emisario: “Dígale al Rey que, si quiere saber de mí, venga él a verme, porque la misma distancia hay de aquí a palacio que de palacio aquí”. “La Divina”, claro.

Uno de sus grandes éxitos fue “La Violetera”, hecha a su medida por el maestro Padilla y que cautivó a Charles Chaplin. Le gustaba la canción y le gustaba ella, razón por la que no paraba de insistirle en que se tenía que ir con él a Estados Unidos para hacer carrera allí. Meller le dio “calabazas” una vez tras otra, algo a lo que Charlot no estaba acostumbrado y no quiso quedarse de vacío.

Charles Chaplin y Raquel Meller comparten confidencias en el set de rodaje de la película “El Circo”. Foto: Chaplin Image Bank

En el film “Luces de ciudad”, una de las obras cumbre del cine, el actor se apropió de la canción para incluirla en la banda sonora. Chaplin robó la melodía y la utilizó en su película sin pedir permiso. Padilla montó en cólera, llegó a denunciarle y en el juicio se dictaminó que debía pagar una indemnización por plagio, en uno de los primeros casos de Copyright.

Ya en los años 50, Sara Montiel volvió a poner de moda “La violetera”, aunque tampoco fue del agrado de la artista aragonesa, que la criticó con ahínco y afirmó de ella en una ocasión: “Esta mujer, además de imitarme y cantar mis canciones, tiene voz de sereno”. Así era la actriz aragonesa más internacional y que “La Peluso” ha devuelto a la gran pantalla.

Próximamente, la cineasta zaragozana Nata Moreno, ganadora del Premio Goya al mejor documental por “Ara Malikian, una vida entre las cuerdas”, llevará a la gran pantalla la vida de la cupletista turiasoniense. Mientras tanto, en la capital del Queiles, se puede conocer profundamente su figura en un museo dedicado a la artista, en el piso superior del Teatro Bellas Artes, espacio en el que también se rinde homenaje a otro actor turiasonense de renombre como es Paco Martínez Soria.