Garrincha, el mejor regateador de la historia que dejó sin ‘canarinha’ a su amigo Canario

Los Cinco Magníficos, con el estadio a reventar
photo_camera Los Cinco Magníficos, con el estadio a reventar

Dentro del mundo del fútbol, cuando se menciona la Selección de Brasil, vienen a la cabeza grandes jugadores que pasaron a la historia. Probablemente, Pelé y Garrincha hayan sido los mejores, y para muchos son el mejor jugador de la historia y el mejor regateador de todos los tiempos, respectivamente. Cuando el exzaragocista Canario era futbolista, se enfrentó al primero de ellos, y el segundo le quitó el puesto en la Selección. Eso sí, reconoce que nunca les dejó de unir una inmensa amistad.

La historia de Darcy Silveira Dos Santos, conocido como Canario, empezó en el jardín que se ubicaba enfrente de su casa. Cómo pasó de ser Darcy a Canario no lo tiene muy claro, pero ahí va su teoría. Siendo niños, junto a varios amigos formó un equipo de barrio, y cariñosamente se llamaban entre ellos “Pájaro”. De ahí que derivase en Canario. Eso sí, fue tan popular su apelativo que, con el paso de los años, cuando el Real Madrid fue a ficharle y preguntó por Darcy Silveira, nadie supo quién era. Cuando lo hizo por Canario, obtuvieron la respuesta deseada.

En su paso por el Real Madrid fue campeón de la Copa de Europa en la que se considera la mejor final de la historia, venciendo por 7-3 al Eintracht de Frankfurt. Pero también se hizo con dos campeonatos de Liga, una edición de la Copa del Generalísimo y una Intercontinental. Fue en 1956 cuando, tras sus buenas actuaciones, se le abrió la puerta a formar parte de la Selección de Brasil. Con compañeros como Zizinho o su gran amigo Didí todo era más fácil, y anotó dos goles con la ‘Canarinha’.

Garrincha fue el extremo derecho titular en Brasil tras quitarle el sitio a Canario

Sin embargo, empezó a abrirse paso otro gran amigo suyo que a la postre sería considerado el mejor regateador de la historia del fútbol. Ahí estaba Garrincha, extremo derecho que tomó su nombre del pájaro garrincha, clásico de Brasil. El propio Canario recuerda lo vivido. “Jugué 10 partidos con Brasil, en la época de cuando fueron a Suecia, que Brasil fue campeón del mundo”, señala. Recuerda que estaba seleccionado “pero vino Garrincha, un grandísimo extremo y un gran amigo” y también se llevaron a Joel, el extremo derecho del Valencia.

Detrás de Garrincha hay muchas historias. “Si vieras como tenía las piernas, metidas para dentro... Parecía que no podría jugar al fútbol y tenía una facilidad para regatear... Hacía un movimiento de cadera y se te había escapado”, rememora el exzaragocista. “Intentabas cogerlo y no podías, ya se había ido. Fue un grandísimo jugador”, recuerda.

La vida del astro brasileño estuvo marcada muchas veces por lo extradeportivo. Después de brillar en el Mundial de 1958 –precisamente en el que estuvo a punto de ir Canario en su lugar- y el de 1962, comenzó a hablarse de él fuera de la cancha. Numerosos escándalos y otros problemas legales le supusieron que se empezase a hablar de él fuera de la cancha, algo de lo que se quejaba amargamente. Creía que ya no le importaba a la gente su forma de jugar al fútbol, sino lo que hacía después. De hecho, públicamente reconoció que la vida de lujo y de dinero “no da la felicidad”.

Canario nunca llevó una vida de excesos, y se considera un hombre sencillo al que no le ha importado el dinero nunca. Sin embargo, afirma que se trataba de “otra época”, donde era habitual que los futbolistas se cuidasen menos. Un ejemplo estaba en el tabaco. “Dicen de él que fumaba y sí, era verdad. Fumaba puros, cigarros... lo que fumaban casi todos”, explica Darcy, conocido en Zaragoza como Pajarito.

Imagen del cuadro ubicado en las oficinas del Real Zaragoza donde se puede ver posando a los Cinco Magníficos. Canario se encuentra a la izquierda, agachado

De hecho, recuerda que los propios “Magníficos” también eran amigos de los cigarros. “Tuve una habitación con Marcelino en Gran Vía, y una noche abrí todas las ventanas en invierno, con un frío tremendo, de la cantidad de humo que había. Me gritó que qué hacía, que cerrase inmediatamente. Yo le respondí que no iba a cerrar, que no se podía respirar. Cómo fumaba, era una cosa mala”, explica el exjugador. “En mi época fumaban casi todos. Era lo normal, lo de todos los días, el fumeteo. Eso sí, yo no fumé en mi vida, no he probado nunca el tabaco”, asegura.

Di Stefano, otra estrella amistosa

Quien también fue un gran amigo suyo fue Alfredo Di Stefano, con el que compartió vestuario y se llevaba “muy bien”. Eso sí, la apariencia que daba en el campo era diferente por tener un carácter muy competitivo. “Saltaba al campo y quería ganar todo”, afirma Canario, que también lo atribuye a su nacionalidad argentina. “Tienen un carácter especial, duro, muy competitivo, pero cuando el árbitro pitaba el final era un gran compañero y amigo. Si lo cogías tomando una caña seguro que te caería bien y que te invitaba”, comenta riéndose.

A lo largo de su carrera, Canario ha dejado atrás grandes amistades. “Tuve suerte, jugué con grandísimos jugadores y con buena gente”, declara el extremo. Ahora, Darcy sigue viviendo en Zaragoza, donde lleva “una vida tranquila” y agradece “el cariño que recibe de la ciudad”. Eso sí, todavía tiene muchas historias que contar, porque no cualquiera fue amigo de Di Stefano ni a todo el mundo le quitó el puesto de la Selección de Brasil el mejor regateador de la historia.