El auge del sector farmacéutico es una de las grandes noticias que han dejado los dos últimos años en la Comunidad. Tras varios anuncios de nuevas inversiones y llegadas de empresas, Aragón ya cuenta con alrededor de 4.000 afiliados a la Seguridad Social pertenecientes a este ámbito, que llegó a facturar 6.000 millones de euros el pasado año, con medio centenar de empresas en las ramas de fabricación de productos farmacéuticos, de equipos de radiación, electromédicos y electroterapéuticos, y de instrumentos y suministros médicos y odontológicos.
Un sector de “demanda creciente” que se ha multiplicado con la pandemia, como ha reconocido el presidente del clúster Arahealth, Francisco Javier Ruiz Poza, quien no duda del recorrido que tienen tanto las empresas como en el sector público, que supone dos terceras partes del sector. “Ambas cosas están creciendo y están acelerando procesos que había que solucionar”, ha señalado.
Un gran crecimiento que no se traduce solo en inversión económica, sino también en la demanda de trabajadores, que habitualmente son de alta cualificación y formación, lo que requerirá de un importante esfuerzo para adaptar la oferta a los requisitos profesionales. “No creo que haya problemas para cubrir los puestos. El mercado de trabajo lo va marcando la oferta. Las empresas van buscando planes de formación. Aquí en Aragón tenemos universidades, centros de investigación y un gran potencial que pueden adaptarse a ese empleo especializado”, ha remarcado.
No en vano, la pandemia ha evidenciado la necesidad de reindustrializar Europa con la fabricación de productos de primera necesidad, véase las mascarillas. Así ha surgido un movimiento en la Comunidad entre los fabricantes de mascarillas para que el Ejecutivo autonómico priorice la compra de material producido en Aragón, frente a la importación de productos de origen chino, más económicos, pero de peor calidad. “La mayoría de productos han venido de países asiáticos. La fabricación española no puede competir por precio, pero garantiza suministro y calidad de materias primas. Ya vimos en los primeros meses de pandemia lo que hubo que sufrir para conseguir mascarillas. Esto viene bien para ser independientes”, ha aseverado Ruiz Poza.
Nuevas empresas y ampliación de instalaciones
La última en sumarse a esta ola del sector farmacéutico es la francesa Besins Healthcare, que instalará en Muel su primera planta productiva de España, en una nave de 9.800 metros cuadrados del polígono El Pitarco. Esta compañía farmacéutica, dedicada a tratamientos de endocrinología y hormonas, va a generar alrededor de 150 puestos de trabajo de alta cualificación para la producción de cápsulas blandas y geles, con una inversión de 25 millones de euros, que podrían ampliarse en el futuro.
En concreto, Besins Healthcare está especializada en la endocrinología y fabricará en su nueva planta capsulas blandas y geles que se exportarán por todo el mundo. Está previsto que la fábrica se ponga en marcha en torno a marzo de 2023, aunque “antes comenzaremos con validaciones y pruebas piloto”, con un equipo ya trabajando sobre el terreno. “Trabajamos en la investigación y tenemos en mente la creación de nuevos productos. La innovación es imprescindible. Tenemos un terreno muy amplio en esta fábrica y, si fuera necesario, podríamos abrirnos a una posible ampliación”, ha añadido el presidente de la empresa, añadiendo que la inversión prevista, de 25 millones, no es “para meses”, sino “para décadas”.
Por su parte, aunque ya instalada en Fraga desde 1979, Becton Dickinson ya está inmersa en la construcción de su nueva planta en el polígono Empresarium de Zaragoza, desde donde se producirán jeringuillas recargables, componentes de plástico o sistemas de seguridad para vacunas como la de la Covid-19 o gripes y en enfermedades crónicas como la artritis reumatoide, esclerosis múltiple o el cáncer.
El objetivo de la compañía es tenerla operativa dentro de dos años. Los dispositivos que se produzcan serán empleados por otras farmacéuticas, que las llenarán con sus propias vacunas o medicamentos antes de administrarlas. “A nivel global vamos a realizar una inversión de 1.200 millones de euros para expandir nuestra capacidad de fabricación, mejorar su tecnología en las cinco plantas existentes en Estados Unidos, México, Japón, Hungría, Francia y, dentro de poco, en Zaragoza”, ha resaltado el vicepresidente ejecutivo de Intregrated Supply Chain de BD, Alex Conroy.
El proyecto se desarrollará en cuatro fases entre 2021 y 2030. La primera de ellas, hasta 2023, comprenderá la construcción de la planta para fabricación y ensamblado de piezas de plástico y caucho, con una inversión económica prevista de 66 millones de euros. Las otras tres fases restantes se llevarán a cabo entre 2023 y 2030 y comprenderán la ampliación de los equipos necesarios para la fabricación de las jeringas de vidrio Hypack. La inversión prevista para la fase 2 es de 140 millones de euros y la correspondiente a las fases 3 y 4 dependerá de las necesidades de las líneas de producción.
Igualmente, la biotecnológica Operon, especializada en la elaboración de test de diagnóstico in vitro, va a trasladar su producción desde Cuarte de Huerva a unas nuevas instalaciones en Plaza, en una parcela de 17.800 metros cuadrados, cuya inauguración está prevista en 2023, coincidiendo con su 50º aniversario. Esta parcela multiplica por cinco la superficie actual, que cuenta con 3.500 metros cuadrados.
Las obras de las nuevas instalaciones se acometerán en varias fases y en la primera de ellas está previsto erigir 9.000 metros cuadrados distribuidos en dos edificios, lo que duplicará la capacidad de espacio de las instalaciones actuales. El primer edificio contará con un garaje, salas de producción, comedores y vestuarios, oficinas y salas de reuniones y laboratorios distribuidos en varias plantas. El segundo edificio anexo estará destinado a las áreas de producción y almacenaje.
La ampliación supondrá un incremento de un 20% de la plantilla respecto a la actual. Como explica Tomás Toribio, director gerente de Operon, “nuestro objetivo es crear nuevos puestos de trabajo enfocados al perfil bioquímico, tanto investigadores como ayudantes de laboratorio, y personal de planta de producción. Las nuevas instalaciones nos van a permitir seguir avanzando en proyectos de desarrollo de nuevos biosensores, así como en las tecnologías necesarias para este cometido. También incrementaremos la fabricación de nuevos test para puntos de asistencia al paciente o atención primaria (Point Of Care), una tendencia cada vez más asentada para optimizar la atención al paciente”.
Proyectos pujantes
Asimismo, otras empresas están reforzando sus planes de negocio con potentes inversiones. Una de las más destacadas es el proyecto de Certest Biotec, pionera en el desarrollo de pruebas PCR y de antígenos, que va a invertir 100 millones de euros en la construcción de una nueva planta para fabricar y desarrollar una vacuna ARNm contra la Covid-19 desde sus instalaciones de San Mateo de Gállego.
El ya exministro de Ciencia, Pedro Duque, conoció de primera mano las intenciones de la compañía, que ya describió como una “empresa puntera de base tecnológica”, destacando la “iniciativa y arrojo” de “unos científicos que decidieron traspasar su conocimiento al mercado”. “Estuvimos muy encima de ellos para aunar las capacidades privadas con las públicas en la primera ola de la pandemia. Es una gran satisfacción ver las instalaciones. Trataré de sonsacarles mucho sobre cómo debemos dar mayor apoyo a iniciativas como esta en el resto de España”, celebraba el responsable de la cartera de Ciencia.
Por su parte, hace apenas diez días, la cooperativa Novaltia recibía el Premio Pilot 2022 en la categoría de Movilidad y Logística Sostenible. Dedicada a la distribución farmacéutica que cuenta con más de 600 proveedores, reparte a más de 1.000 farmacias y tiene más de 40.000 referencias en stock, completando cada día de tres a cinco repartos en cada uno de los mil establecimientos.
Ahora, esta sociedad tiene previsto poner en marcha un nuevo almacén en 2025 en donde se optará por un modelo basado en la digitalización y la sostenibilidad, que también se implementará en el actual centro. Este proyecto supondrá una inversión de alrededor de 25 millones de euros, según dio a conocer durante la celebración de su Asamblea General Ordinaria y Extraordinaria, donde dieron cuenta del cierre del ejercicio de 2021 con una cifra de negocios cercana a los 330 millones, un 3,3% más que el pasado año.
Otra compañía inmersa en un potente negocio de crecimiento es Teva, que invertirá 40 millones de euros en su planta de Malpica, creando 60 puestos de trabajo, con lo que espera incrementar un 20% su producción, que superó en 2021 los 7.000 millones de dosis. Esta planta, de 44.000 metros cuadrados, está especializada en la producción de sólidos orales y destaca por la tecnología empleada en los pallets, cápsulas y comprimidos. Se fabrican 30 moléculas y 1.600 presentaciones diferentes y 220 millones de unidades anuales de producto terminado para distribuir a farmacias y hospitales.
Impulso del Ejecutivo autonómico
Para acompañar estos proyectos e impulsar y potenciar la innovación en el sector, el Departamento de Economía, Planificación y Empleo lanzó el pasado año una convocatoria de ayudas a la I+D empresarial en el sector farmacéutico con un presupuesto de cuatro millones de euros, que se está trabajando para reeditar. El objetivo de estas subvenciones es incrementar la competitividad de las empresas a través de la generación e incorporación de conocimientos, tecnologías e innovaciones destinadas a la mejora de procesos y la creación de productos y servicios tecnológicamente avanzados y de mayor valor añadido.
No en vano, el presidente de Aragón, Javier Lambán, tiene claro su objetivo de convertir a la Comunidad en un potente hub logístico-farmacéutico, poniendo todos los instrumentos administrativos a disposición de estos proyectos para tener mayor alcance en el futuro, así como su apoyo en el plano de la Formación Profesional y las ayudas del Departamento de Economía habitadas para el impulso del sector farmacéutico.
Porque Aragón, como ha incidido el presidente de Arahealth, tiene capacidad para convertirse en un “polo de competitividad” donde juntar la industria y la investigación para conseguir proyectos de innovación. Y es que, como ha quedado claro en los dos últimos años, “sin salud no hay economía, y la salud puede generar mucha economía”.