Aragón cuenta con 700 desfibriladores en espacios con grandes concentraciones de personas

En los últimos cinco años ha aumentado un 25% el número de espacios cardioprotegidos
photo_camera En los últimos cinco años ha aumentado un 25% el número de espacios cardioprotegidos

En Aragón se han instalado ya alrededor de 700 desfibriladores en espacios de mucho tránsito desde el 12 de febrero, cuando el Gobierno de Aragón aprobó el decreto por el que se regula el uso de desfibriladores automatizados externos fuera del ámbito sanitario.

De acuerdo con la consejera de Sanidad, Pìlar Ventura, los espacios a los que afecta dicho decreto abarcan tanto al sector público como al privado en función de las personas que lo transiten. Además, es obligación del titular del local la instalación del desfibrilador, pero cualquier ciudadano que haya recibido la formación con entidades acreditadas puede utilizarlo, además del personal sanitario.

No obstante, “si no tiene la formación ese ciudadano, también puede utilizarlo llamando al servicio de emergencias que le va a dirigir toda la operación de uso del desfibrilador”, ha apuntado Ventura, quien ha incidido en su importancia dado que “estamos hablando de salvar vidas”.

La consejera ha visitado este miércoles los talleres de resucitación cardiopulmonar (RCP) que la Universidad de Zaragoza y la Consejería de Sanidad han instalado a las puertas de la Facultad de Educación con motivo del Día Mundial de la Parada Cardíaca. Su objetivo es divulgar y fomentar la participación de los ciudadanos que se encuentran fuera del sistema sanitario en esta materia.

Los talleres, que ofrecen 20 minutos de formación a cargo de profesionales de la unidad de cuidados intensivos del Hospital Miguel Servet, el 061, enfermerías de otros centros y Universidad Saludable, va dirigida a estudiantes, pero cualquiera puede acercarse hasta las 18.00 horas. Así lo ha afirmado Ventura, quien insiste en que “con estas técnicas se consigue un 5% de supervivencia y se puede llegar al 15%”.

En la actualidad, alrededor de 30.000 fallecimientos al año en España son por parada cardíaca, por lo que, según el rector de la Universidad, José Antonio Mayoral, resulta interesante realizar estas prácticas y no descarta expandirlas a otros campus de la entidad.