Las mamografías preventivas detectan casi 360 tumores malignos este año en Aragón

cáncer de mama
photo_camera Este año se ha citado ya a 52.797 mujeres para la realización de una mamografía preventiva y se han realizado un total de 39.677

Aragón diagnostica cada año una media de 900 casos de cáncer de mama, una patología cuyo día mundial se celebra el próximo miércoles en la que la detección precoz es vital. Por esta razón, es necesaria la participación en el programa de cribado. Los tumores malignos de mama suponen alrededor de 1.100 estancias anuales en los hospitales públicos aragoneses. No obstante, a pesar de la reducción de la mortalidad gracias a los nuevos tratamientos y al diagnóstico temprano, 200 mujeres al año fallecen por su causa.

Participar en el cribado aumenta las posibilidades de detectar la patología en una fase preclínica, lo que mejora la efectividad del tratamiento respecto a un diagnóstico posterior. Este programa consiste en la realización de una mamografía cada dos años en toda la población femenina de 50 a 69 años, de modo que cada mujer recibe una carta con el día, la hora y el lugar de la cita para hacerse la mamografía.

Durante este año se ha citado ya a 52.797 mujeres para la realización de una mamografía preventiva y se han realizado un total de 39.677, lo que sitúa en un 75,2% la tasa de participación global en el programa. Esta es una cifra por encima de los estándares de referencia recomendados por las Guías Europeas de Garantía de Calidad en Mamografía de Cribado (75%).

Este porcentaje difiere, no obstante, en función de los sectores sanitarios, siendo Teruel el más participativo, con una tasa del 85,1% de participación, seguido de Alcañiz, con el 82,6%, Huesca (77%), Barbastro (75,3%), Calatayud (76,2%), Zaragoza II (74%), Zaragoza I (73,2%), y Zaragoza III (72,9%).

De las 39.677 mamografías de cribado realizadas, se obtuvo un resultado de normalidad en un 94,7% de las mujeres exploradas. A un 4,4% se le recomendó una mamografía intermedia (control 6-12 meses) y el 0,9% han sido derivadas al hospital de referencia de su sector por imagen sospechosa de malignidad para confirmación diagnóstica y tratamiento.

RADIOTERAPIA INTRAOPERATORIA

Los avances en la lucha contra el cáncer de mama han implicado también la extensión de técnicas a todo el territorio aragonés, como la implantación de la radioterapia intraoperatoria (RIO) en los hospitales aragoneses alejados de la capital, lo que ha supuesto una notable mejora en la calidad de vida y confort de las pacientes, a las que se da el tratamiento de radioterapia en sus hospitales de referencia durante la operación, evitando posteriores traslados a Zaragoza.

Un total de 890 mujeres se han sometido a esta técnica en la comunidad, de las cuales 200 se han realizado en centros periféricos. En el 85% de los casos es el tratamiento exclusivo y las afectadas no tienen que verse sometidas a más sesiones de radioterapia, lo que redunda en una mejor calidad de vida de las mujeres.

APUESTA TECNOLÓGICA

Además, la comunidad lleva inmersa en un plan de renovación tecnológica desde el año 2015. Gracias al plan INVEAT está ya en tramitación la compra de cuatro nuevos aceleradores lineales, por un importe de 8.542.600 euros, para el tratamiento del cáncer. De esta forma, la comunidad tendrá dentro de un año siete acelerados lineales públicos para poder llevar a cabo los tratamientos de radioterapia a los que se sumará un octavo equipo que se instalará en el nuevo hospital de Teruel.

La apuesta del Gobierno de Aragón por la renovación de la tecnología sanitaria entre 2016 y 2021 ha supuesto una inversión en equipos de alta y media tecnología de más de 43 millones de euros. Desde esa fecha se han cambiado dos aceleradores en el Clínico y se ha instalado un tercer aparato en el Miguel Servet. Además, se ha puesto en funcionamiento el primer PET – TAC en un hospital público aragonés, se han renovado todas las unidades de cribado de mama, más de setenta estaciones de diagnóstico radiológico, y se han incorporados nuevos aparatos, como cuatro resonancias magnéticas –una de ellas en el San Jorge y otra en el Obispo Polanco- y el TAC en Jaca.