Cómo salvar vidas con la reanimación cardiopulmonar

El Salud y Universidad de Zaragoza organizan por el Día de la Parada Cardiaca un taller de como salvar vidas con reanimación cardiopulmonar.
Foto de las carpas del taller de reanimación cardiopulmonar con mucha gente aprendiendo
photo_camera Cada minuto que se tarda en atender a una persona en parada cardiorrespiratoria supone un 10% menos de posibilidades de supervivencia

Cada minuto que se tarda en atender a una persona en parada cardiorrespiratoria supone un 10% menos de posibilidades de supervivencia. Para enseñar cómo ayudar en estos casos, el Salud y la Universidad de Zaragoza han organizado por el Día de la Parada Cardiaca un taller de reanimación por el que pasarán más de 600 personas este viernes.

Los talleres están dirigidos por más de 90 sanitarios entre intensivistas, pediatras y urgenciólogos de los hospitales públicos de Zaragoza, 061 y MAZ, con la ayuda de profesores de la UZ. Se han instalado carpas con 25 maniquíes para practicar, iniciando de manera precoz la “cadena de supervivencia”. Así, enseñan los pasos a seguir en distintos eventos en los que la reanimación puede ser necesaria, desde un accidente en la calle hasta una emergencia en casa.

El gerente del Salud, José María Arnal, ha insistido en la importancia de “esos primeros minutos claves” para salvar vidas, “que es lo más importante que podemos hacer”. También ha remarcado la importancia de pedir ayuda, tanto a los servicios de emergencia como a las personas que tengamos cerca. “No debemos tratar de resolver solos la situación”, ya que “una resucitación puede ser muy larga y una persona sola puede ser incapaz de hacerla”.

El jefe de Medicina Intensiva del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, Andrés Carrillo, ha indicado que “es preciso quitar el miedo a la ciudadanía para hacer estas maniobras de reanimación”. “No hay que ir a una Facultad para aprender estas técnicas, es sencillo y muy importante aplicarlo”, ha insistido.

LA REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR DE EMERGENCIA

Foto de un señor aprendiendo a realizar la RCP en un maniquí, mientras una instructora le pone los brazos en posición

El primer paso es comprobar “el nivel de consciencia” del accidentado, como nos explica el gerente del Salud. Para ello, podemos zarandear levemente a la persona. Si no responde, debemos mirar la respiración mediante la maniobra VOS: ver, oír y sentir. Con la oreja en la boca del paciente, comprobaremos si escuchamos la respiración, notamos el movimiento en el pecho o notamos la exhalación.

“Si respira, lo coloca en la posición de seguridad, y si no se comienza la maniobra de resucitación”, ha explicado Arnal. Para ello, situaremos al enfermo tumbado boca arriba y procederemos a la reanimación con golpes en el pecho constantes y de potencia media. Según explican en los cursos, deberá bajar entre cinco y seis centímetros. Para que sea cómodo para el que realiza la reanimación, los brazos deberán estar lo más rectos posibles, y las manos en el centro del pecho del paciente. Además, ahora con el Covid recuerdan que no es necesario hacer el “boca a boca” con desconocidos.

Así, lo siguiente sería hacer uso de un desfibrilador para estudiar cómo se encuentra el corazón del accidentado. El gerente del Salud ha remarcado que ya “hay pocos sitios ahora que sean multitudinarios donde no haya desfibriladores semiautomáticos y gente que sepa cómo utilizarlos”. Aun así, cuando lleguen los servicios de emergencia son ellos los que tomarán las riendas de la situación.

LA REANIMACIÓN SALVA VIDAS

Un grupo de adolescentes aprende a realizar la RCP

El conocimiento de este protocolo, como ha señalado la organizadora del evento, la intensivista del Servet Pilar Sánchez, ayuda tanto a aumentar las probabilidades de sobrevivir a un accidente como de mejorar la calidad de vida posterior. Así, ha recalcado la importancia de que se aprenda en las escuelas, ya que en países como Dinamarca esos dos factores se han multiplicado por tres desde que comenzaron este tipo de programas. Los cursos y eventos son “una gotita en el océano”, pero cuando el conocimiento llegue a la mayoría de la población mejorará realmente la situación.

Se estima que alrededor de 30.000 personas fallecen cada año en España por una parada cardiaca. La supervivencia actual de un paro cardiaco se sitúa en torno al 5%, pero podría aumentar al 15% si se practican de forma precoz maniobras de resucitación cardiopulmonar (RCP), y hasta el 30% si además hay un programa de desfibriladores en el área. Estas medidas permitirían reducir la mortalidad con entre 4.500 y 9.000 fallecimientos menos al año sólo en nuestro país.