Acompañar al paciente tras el ictus: el Servet estrena unidad y aborda “un cambio de filosofía”

Desde 2007, han pasado por la unidad, que ahora pasa a la cuarta planta, cerca de 600 pacientes al año
photo_camera Desde 2007, han pasado por la unidad, que ahora pasa a la cuarta planta, cerca de 600 pacientes al año

Cinco nuevas camas, hasta las diez, pero sobre todo “un cambio de filosofía”. Es el espíritu con el que este viernes echará a andar la nueva unidad de ictus del Hospital Miguel Servet de Zaragoza. Con las nuevas instalaciones, en las que se han invertido cerca de 180.000 euros, se persiguen objetivos como frenar el deterioro cognitivo del paciente o “hacerlo partícipe” en todo momento de su proceso de recuperación.

Para ello, se ha apostado por unos espacios con luz natural y menos ruido ambiental. Otro hecho importante es que la actual unidad, en la cuarta planta, aumenta su tamaño respecto a la anterior, ubicada en la séptima. Está formada por una sala común de atención a semicríticos, con seis camas, mientras que las cuatro restantes se distribuyen en una habitación doble y dos individuales. La asignación de los pacientes a una u otra dependencia dependerá de su estado.

Del mismo modo, se han habilitado despachos, salas de estar del personal y otra para terapias comunes de los pacientes, que irán viendo la luz “de forma gradual”. Por las anteriores instalaciones han pasado, desde que se crearon en 2007, “entre 580 y 600 pacientes cada año”, según datos de Sanidad. “Atendemos a todos y afortunadamente vamos a mejorar la atención”, ha declarado el Doctor Javier Marta, jefe de Neurología del hospital.

Una de las salas de atención a pacientes con ictus

TIEMPOS MÁS FAVORABLES

Entre las ventajas de la nueva unidad, el Doctor ha destacado los tiempos de atención a los pacientes. Por ejemplo, entre aquellos que precisan de un cateterismo y se les devuelve a su hospital de origen “en dos días”. Ahora, tendrán “más margen”.

Sobre el nuevo modelo de atención, ha explicado que a los ingresados les favorecen cuestiones como la luz natural o tener constancia de qué hora es. “Se desorientan, no saben si es de día o de noche. Se sabe que ese cuadro confusional disminuye si se tienen referencias. Hemos hecho un esfuerzo en investigación, en este caso, en el daño cognitivo tras el ictus, más allá de las secuelas físicas o motoras”, ha apuntado.

Las instalaciones disponen de más luz natural

La del Miguel Servet es la segunda unidad de ictus en la Comunidad, junto a la del Clínico. El resto de hospitales, aunque sí disponen de esta atención, lo hacen a través de áreas. Un ejemplo es la del Royo Villanova, que cuenta con las instalaciones pero no de un neurólogo de guardia, condición indispensable para que se considere como tal.