El suministro de antibióticos se resiente en Aragón por el pico de los virus respiratorios

Al margen de los virus estacionales, se abre otro escenario más problemático con los medicamentos que no se pueden sustituir | Foto: Carlos Burillo
photo_camera Al margen de los virus estacionales, se abre otro escenario más problemático con los medicamentos que no se pueden sustituir | Foto: Carlos Burillo

El repunte de los virus respiratorios en el primer invierno tras la pandemia y el fin de las mascarillas se está traduciendo en un mayor consumo de antibióticos, llegando a episodios de escasez en las farmacias. La gripe y las afecciones sincitiales, y ya no tanto la Covid, han sido las responsables de esta situación.

En la farmacia Marta Gimeno Mateo, del zaragozano barrio de Torrero, tienen claro que ha habido una mayor afluencia de clientes durante el periodo invernal. Los que sufren patologías crónicas y son de avanzada edad ya acudían con regularidad otros años, pero este se han sumado otro tipo de usuarios, sin una edad tan marcada, en busca de antigripales.

Desde el establecimiento que lleva su nombre, Marta Gimeno achaca este incremento a tres factores fundamentales: frío, aunque como otros años; el fin de las mascarillas y volver a estar expuestos; y también el mencionado repunte de los virus.

LOS QUE MÁS FALTARON

La plataforma Luda Partners, que colabora con farmacias en Aragón como “localizador” de medicamentos, detalla los que más faltaron en 2022. Uno de ellos es la amoxicilina en suspensión y con clavulánico, el más solicitado en diciembre por los establecimientos. Más concretamente, el que se comercializa bajo el nombre de Augmentine, “un antibiótico que elimina las bacterias que causan las infecciones”. “Sobre todo, con problemas de suministro en las últimas semanas por el brote de bronquiolitis en niños y adolescentes”, señalan.

La amoxicilina de 250 miligramos es “la que más problemas” de disponibilidad está teniendo. Por ello, se han orquestado medidas desde la Agencia de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) para que se pueda sustituir, ocasionalmente, por una suspensión oral de 250 miligramos en frasco o Amoxicilina Normon. En este sentido, ha ocurrido lo mismo con el jarabe Fluidasa, “para bronquitis agudas y crónicas”.

Fuera de los virus respiratorios, destaca el Ozempic de un miligramo, prescrito para adultos con diabetes tipo dos y que reduce el nivel de glucosa en sangre. También, el Depakine Krono, para tratar cuadros de epilepsia tanto en niños como en adultos, y Celestone Cronodose, una suspensión inyectable de corticoides “con propiedades antiinflamatorias”.

La amoxicilina es uno de los medicamentos más demandados

ALGUNOS “NO SE PUEDEN SUSTITUIR”

La falta de suministro para tratar los virus puede responder, según Gimeno, a una mala previsión por parte de los laboratorios, que finalmente no se ha ajustado al “pico” de la demanda en este invierno. Y, aunque reconoce que de por sí es un problema, se abre otro escenario más complicado con los tratamientos para patologías no estacionales y que “no se pueden sustituir”.

He tenido a una mujer que se está poniendo una inyección contra el cáncer de mama. Tienen que ir a su oncólogo, que decida una alternativa terapéutica durante ese tiempo. Las patologías crónicas no son un problema estacional”, explica.

EL IMPACTO DE LA GUERRA EN UCRANIA

De un tiempo a esta parte, conviene prestar atención también a factores externos. Uno de ellos es el impacto de la guerra en Ucrania. Si bien no se ha producido como tal, el peligro de escasez a causa del conflicto bélico fue objeto de unas jornadas en Zaragoza organizadas por el Colegio de Farmacéuticos. La vicepresidenta de Planificación de Laboratorios Teva, Mar Gimeno, participó como una de las ponentes.

La guerra, explica a este medio, ha influido en algunas de las materias primas y la propia energía. Por ejemplo, el aluminio, “que se usa para casi todos los tipos de medicamentos”. “No hay un desabastecimiento, pero los precios han subido muchísimo y los tiempos de espera para pedirlo. Hay otros que se usan en menor medida en la industria farmacéutica, como el níquel”, señala.

Dos personas, delante de una farmacia en Zaragoza este verano | Foto: Laura Trives

Algo parecido ocurre con los metales preciosos, caso “del paladio y el platino”, que “si las sanciones se endurecieran”, podrían tener consecuencias negativas en la producción de algunos principios activos. En el abanico de opciones que pueden influir en un hipotético desabastecimiento, están incluso el trigo y el maíz, de los que Rusia y Ucrania son dos de los mayores productores del mundo. Y es que sirven para elaborar alcohol medicinal, almidones para comprimidos y cápsulas y hasta antibióticos.

Finalmente, tampoco se pueden obviar los problemas logísticos. Los desplazamientos, por la subida de los precios del petróleo, son más caros, y los vuelos se han alargado por las rutas alternativas para evitar sobrevolar el espacio aéreo ruso y ucraniano.