Las siete residencias aragonesas ya incluidas en el nuevo modelo de atención centrado en la persona, impulsado por el Departamento de Ciudadanía y Derechos Sociales, hacen hincapié en las actividades diarias propias de cada persona mayor antes de ingresar en los centros. Tender la ropa, colaborar en un taller de costura, o ayudar en las tareas que requiere un huerto multiplican su importancia cuando fueron relevantes en la vida de la persona que participa en ellas y ahora tiene algún tipo de deterioro.
“Las actividades que han sido significativas en la vida de una persona se convierten en terapéuticas en el modelo de atención centrado en la persona”, ha afirmado la consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales, María Victoria Broto. Este modelo, con el que se trabaja ya en los servicios sociales de Aragón, hace pivotar el cuidado de las personas sobre la historia de vida, favoreciendo no solo entornos más hogareños sino acciones que tengan un sentido en esa biografía.
Broto ha visitado este lunes la residencia de Las Fuentes, en Zaragoza, acompañada de la directora del centro, Ana Díaz; y de Noelia Carbó, directora gerente del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS), organismo al que pertenece esta residencia pública. El centro forma parte del proyecto europeo AICP.com, promovido por el IASS, la Fundación Pilares y Lares Asociación, que recoge diferentes actuaciones para avanzar hacia este modelo de cuidados.
LAS SIETE RESIDENCIAS
En este programa concreto, que funciona desde junio de 2022, están incluidas siete residencias de Aragón, si bien se está trabajando con esta filosofía en todo el sistema, tal como recoge el Plan del Mayor del Gobierno. Durante la visita, la consejera ha conocido a los profesionales y usuarios que forman parte del “taller de costura”, el “taller de tender”, o que realizan las actividades en el huerto que tiene este centro.
“Estamos comprobando como la implantación de esta nueva forma de enfocar el trabajo en los servicios sociales tiene beneficios para todos: para las personas que viven en las residencias, asisten a un centro de día o reciben cualquier otro recurso de los servicios sociales, y también de los profesionales”, ha subrayado Broto.
Dentro de los pasos que ya se están dando en la residencia de Las Fuentes, además de las actividades significativas, su directora ha subrayado “la adecuación de espacios para hacerlos más acogedores; la minimización de la rotación del personal de atención directa; la implantación del profesional de referencia para un máximo de siete usuarios, la información a familias, trabajadores y usuarios o la personalización de las habitaciones”.
LAS FUENTES
Del mismo modo, Ana Díaz ha incidido en la elaboración de “hojas de preferencia o de vida”, donde se recoge la historia y gustos de las personas para brindar actividades y hábitos vinculados a ellas. El objetivo, ha explicado la directora, es seguir avanzando en las líneas que marca el plan y validar posteriormente, con un sistema de calidad, los resultados de este proyecto. Además, se ha elaborado un Plan de Mejora para ir realizando cambios cuantificables y observables que se puedan implantar de forma progresiva.
La residencia de Las Fuentes tiene capacidad para 64 personas de forma permanente, de las cuales actualmente están ocupadas 62, además de 4 plazas de estancias temporales. El 56% de los residentes tiene un grado III de dependencia y el 65% de los usuarios son mujeres. Esta residencia cuenta también con un centro de día con 35 usuarios, y también la mayoría son mujeres, 76,4%. Además de las actividades significativas que se han mencionado, el centro ofrece una oferta más amplia, además de servicios de fisioterapia, terapia ocupacional, peluquería o podología, entre otros.
