El Consejo Interterritorial de Sanidad celebrado el pasado 23 de junio, aprobó por unidad la finalización de emergencia sanitaria por la Covid-19, lo que acaba con las últimas obligaciones para llevar mascarilla. Una medida que deberá corroborar el Consejo de Ministros este martes y, de ser así, ya no será necesario llevarla en centros sanitarios, sociosanitarios y farmacias. La consejera de Sanidad en funciones, Sira Repollés, valora este avance de forma “positiva”, asegurando que ahora queda “la responsabilidad personal”.
“Todas las medidas pasan de ser obligatorias a buenas prácticas. Sin embargo, nos quedará la idea de que en muchas situaciones estará la responsabilidad personal de que, si nos encontramos mal, tenemos síntomas o estamos cerca de personas vulnerables, seguiremos utilizando la mascarilla”, ha asegurado la consejera.
En los últimos tres años ha habido varias modificaciones sobre el uso de la mascarilla, que atendían a la situación epidemiológica. Ahora, solo se podrá exigir en las zonas donde puede haber pacientes inmunodeprimidos, como las unidades oncológicas o en los quirófanos y UCI, donde siempre se han utilizado.
“La controversia de las mascarillas siempre ha estado en agenda. Cuando empezamos, se establecía la discrepancia entre la pertinencia o no del uso, y pronto vimos que era imprescindible para evitar los contagios y la propagación del virus. Creo que ahora se va a transformar en una imagen habitual y así debería ser si la circunstancia sanitaria lo exige”, ha concluido la consejera.