El Huesca toma oxígeno venciendo con solvencia al Burgos en El Alcoraz (1-0)

La victoria ante el Burgos era vital para alejarse del descenso. Foto: S.D.H.
photo_camera La victoria ante el Burgos era vital para alejarse del descenso. Foto: S.D.H.
Por fin, para tranquilidad de la Sociedad Deportiva Huesca, volvió a verse una victoria local en El Alcoraz. El cuadro azulgrana debía reconciliarse con su afición, y lo hizo con un triunfo vital ante el Burgos por 1-0. Un tanto en propia puerta de Miguel Rubio dio los tres puntos a una escuadra que necesitaba volver a ganar como agua de mayo. Saltaba el conjunto oscense con Andrés en portería y línea de cuatro para Ratiu, Insua e Ignasi Miquel en el centro de la defensa y Florian Miguel por la izquierda. En el centro del campo, Timor y Mosquera llevaban el timón, con Seoane y Marc Mateu en bandas. Algo más adelantado se encontraba Pablo Martínez y en punta se ubicaba Darío Poveda. En el Burgos destacaban jugadores como Pablo Valcarce. Daba inicio el Huesca a la jornada 32 de Segunda División tratando de llevar la iniciativa, y así lo demostraba con un disparo de Ratiu en el minuto 7 que se marchaba a córner. Sin embargo, el conjunto altoaragonés no lograba generar peligro cuando se entraba en los primeros diez minutos. Y es que el Burgos tenía la primera del partido allá por el minuto 15, con un disparo de Guillermo desde fuera del área que se marchaba a la derecha de la meta de Andrés. No se hacía esperar la respuesta del cuadro azulgrana, generando peligro desde la esquina. Ignasi Miquel se aprovechaba de varios malos rechaces del conjunto visitante y, cuando se cantaba el 1-0 en El Alcoraz, la zaga sacaba el cuero en línea de gol. Pero no tardaría mucho en llegar la deseada celebración. Centro desde la frontal de Pablo Martínez para que Miguel Rubio no se entendiese con Caro y el balón terminase en la portería. Esto provocaba un estallido de alivio y felicidad en la grada oscense. La siguiente habría que esperarla al filo del descanso, con un remate de Seoane a centro de Marc Mateu que se marcharía fuera. Llegarían dos más sin éxito, esta vez en las botas de Pablo y Mosquera. A pesar de no haber ampliado la ventaja, el cuadro de Xisco completaba una gran primera mitad. Atentos atrás, en el balón parado, con las ideas claras en el mediocampo y la pizca de suerte para adelantarse en el marcador. Se llegaba así a vestuarios, con un cuadro altoaragonés que, a pesar de todo, debía defender un resultado de oro 45 minutos más. Segunda mitad sin apuros Probaba Timor buscando la escuadra en los primeros compases del segundo tiempo, pero el cuero se marchaba desviado. Comenzaba bien el cuadro oscense ante un Burgos que no parecía despertar a pesar de encontrarse por detrás en el marcador. Tampoco se podía dar por muerto a los visitantes, que probaban de lejos sin gran peligro, pero avisando de que el 1-0 era un corto resultado. Tres disparos seguidos levantaron a la grada allá por el minuto 64. Primero fue Marc Mateu, con rechace de Caro; después Seoane golpeaba en un defensor y, por último, Ratiu buscaba la escuadra burgalesa sin fortuna. Por su parte, el Burgos no lograba generar peligro real, pero poco a poco se iba acercando a la portería de Andrés, algo que suponía una mala noticia. Se entraban en los últimos diez minutos con tensión, pero aparentemente, con el Huesca controlando el partido. Se alcanzaban los 90 minutos de juego, y antes de que el árbitro añadiese seis, Seoane intentaba rematar una contra y era derribado sin que se señalase penalti. Y previamente sucedió algo casi nunca -o nunca- visto en el fútbol, un portero subiendo a rematar en el minuto 87. Para finalizar, Álex Alegría la tuvo para empatar rematando un centro lateral en la frontal del área pequeña, pero ahí quedaba todo. Respiró el Huesca y de qué manera. Fue un partido vital donde el cuadro de Xisco supo reencontrarse con el triunfo para dejar encarrilada la permanencia en Segunda División. 41 puntos suma el cuadro oscense en su casillero, poniendo tierra de por medio en la zona baja, que ya queda a once.