A falta de los tres puntos, el entrenador del Huesca, Cuco Ziganda, se marchó satisfecho del trabajo de los suyos ante el Lugo. Más, teniendo en cuenta que fue una tarde complicada en El Alcoraz pese a que los oscenses comenzaron ganando con un gol de Gerard Valentín. La expulsión de Florian Miguel en una acción sin balón y el gol anulado a Pulido por falta en un córner marcaron también el partido.
“Es una sensación agridulce”, valoró Ziganda tras la conclusión del partido, porque cree que habían hecho “lo más difícil en el partido y los pequeños detalles lo pusieron cuesta arriba”.
Una de esas enseñanzas positivas la saca el técnico de la actitud “magnífica” de los suyos en momentos de adversidad. “No nos hemos venido abajo, hemos tirado de mucho orgullo y amor propio”, comentaba. Pese a esto, no quiso ocultar el navarro la realidad. Y es que “el primer tiempo, “de mucho juego directo y llegadas puntuales”, no fue bueno. En el segundo, sí se vio una mejor imagen, gracias también al empuje de la afición.
En esa segunda mitad, la expulsión, justo después de un triple cambio, ha interrumpido sus planes. Carrillo, en la delantera, fue la principal novedad de los azulgranas. Y es que el ex, precisamente del Lugo, todavía no había sido de la partida. No tuvo su día de cara a puerta, lo que no quita que Ziganda no reconozca su trabajo. Su situación particular, añadió, sigue siendo una cuestión más de rodaje.
El empate a uno contra los lucenses deja al Huesca con doce puntos, después de tres victorias, otras tantas igualadas y las mismas derrotas. Una semana más sin perder, y ya van tres, pero llega a su fin la primera racha de triunfos en El Alcoraz. Espera ahora el Oviedo, el miércoles, en lo que será el regreso al Carlos Tartiere de Ziganda.
