Desastre mayúsculo de la Sociedad Deportiva Huesca ante el Eibar en Ipurúa. Los altoaragoneses llegaron al minuto 86 con ventaja en el marcador gracias a Escriche, pero un tanto de Corpas y otro de Pulido en propia puerta dinamitaron la ventaja hasta caer derrotados por 2-1. De este modo, los oscenses se alejan claramente de los puestos de playoff y se quedan en tierra de nadie. Este miércoles, nueva oportunidad ante el Andorra.
Del todo a la nada. Así fueron los últimos diez minutos del tiempo reglamentario para el Huesca. Tras un rebote en el cuerpo de Rubén Pulido, que luego impactaba en su mano, señalando el colegiado un más que discutible penalti, suponía el punto de inflexión. Había controlado el partido hasta ese momento. El parón para la revisión VAR y un reguero de tarjetas dinamitaban 80 minutos de trabajo y contención de la plantilla, que se hundía en los 10 minutos de descuento, cuando el Eibar consumaba la remontada.
Partía el cuadro de Cuco Ziganda con Andrés en portería y los “Pulido” como guardianes en el centro de la defensa; Ratiu y Florian Miguel quedaban en las bandas. Timor y Cristian Salvador ocuparían el doble pivote, con bandas ocupadas por Soko y Marc Mateu. Arriba, Escriche y Carrillo como hombres gol. Nombres como Luca Zidane, Tejero o Stoichkov daban empaque a la alineación vasca.
Los locales fueron los primeros en avisar y no tardaron en hacerlo. Pero su llegada se quedó en eso, en un aviso. Porque antes de cumplirse los cinco, Stoichkov enviaba por encima del larguero un remate con Andrés y la defensa ya superada, cuando Ipurua casi cantaba el primer gol. A partir de allí, el Huesca fue ganando metros hasta asomarse al área de Luca. La primera en un córner que ponía Marc al remate de Soko. Sacaba el portero, dejando el rechace muerto en el área, pero el árbitro pitaba falta en la lucha por hacerse con él. Nuevamente en un córner buscaba Puli portería, pero atrapó el portero.
Así, logró encontrar el hueco entre la defensa azulgrana, con un balón filtrado por Soko tras una gran cabalgada, colándolo entre la defensa para que Escriche la tocara lo suficiente para esquivar al guardameta y hacer el primero del partido y de su cuenta personal. Se habría un nuevo escenario en Ipurua, con los azulgranas dispuestos a defender con uñas y dientes la ventaja con la que se llegó al descanso.
SEGUNDA PARTE
La reanudación trajo el cambio obligado de Soko, con molestias, dejando su sitio a Gerard Valentín. Apretó el Eibar en los primeros minutos, empujado por el resultado, con varias llegadas con al área de Andrés, que no llegaron a materializarse. Movió entonces el banquillo Cuco Ziganda, refrescando el ataque con la salida de de Kevin Carlos por Carrillo -en su primera titularidad tras lesión-, y buscando algo más de contención en el medio campo con Kento Hashimoto. Joaquín por Marc Mateu fue el siguiente movimiento, después de que el zurdo tuviera que ser atendido por los servicios médicos tras un golpe.
Tras el 70, apretó el Eibar y apretó Ipurua, obligando al Huesca a sacar su mejor versión defensiva. Reforzó la línea Ziganda dando entrada a Blasco como tercer central, sustituyendo a Timor. Se iniciaban diez minutos de máxima tensión, en los que el árbitro señaló penalti en un balón rebotado del cuerpo de Rubén Pulido que después impactó en su brazo. Corpas no falló, con el 88 en el cronómetro, y media plantilla azulgrana sancionada por protestar una acción más que dudosa.
Mazazo duro para la plantilla oscense, que veía como se le escapaban tres puntos de oro, y que se ahondó en los diez minutos de descanso cuando acabó perdiendo también el que todavía le quedaba, al consumar los locales la remontada. Vadillo ponía un saque de esquina que Rubén Pulido despejaba en el primer palo, con la mala suerte de que su cabezazo se acababa colando en la portería de Andrés.
El tremendo esfuerzo del partido acababa pesando demasiado sobre el cuadro azulgrana, con más corazón que cabeza, y comandados por el propio capitán que buscaba la heroíca al ataque, murió el partido con un duro e injusto 2-1 en el marcador.