La Sociedad Deportiva Huesca tiene en su mano este lunes dejar prácticamente sentenciada la permanencia a falta de once partidos para cerrar la temporada. Lo hace en El Sardinero y frente al Racing de Santander, cuadro que se encuentra con las mismas aspiraciones y menos puntos. Volver a vencer fuera de casa es el reto y la asignatura pendiente de los altoaragoneses, cuestión difícil en un estadio que presentará buena entrada.
Cuco Ziganda se lleva a prácticamente todos para la cita. Únicamente Cristian Salvador y Javi Martínez se quedan en tierra aquejados de sus respectivas lesiones. El primero estaba descartado de antemano, mientras que al míster le quedaba alguna duda con el cedido por Osasuna. En cualquier caso, hay armas suficientes para frenar a Mboula, Pombo y compañía.
Una victoria en Cantabria supondría dejar atada de forma casi matemática la permanencia. Alcanzaría el Huesca los 43 puntos, cifra que, visto el ritmo de los cuatro peores equipos de la competición, podría ser suficiente. De todas formas, uno no debe confiarse porque, al final, los equipos de la zona baja terminan sumando más puntos de los esperados. Por lo tanto, nada de dormirse en los laureles de cara al último tramo de competición.
Ahora bien, en cualquier caso, mirar al playoff es un objetivo a todas luces irreal hoy por hoy. Con once puntos menos que el sexto clasificado, ni siquiera venciendo este lunes e incluso el próximo domingo sería factible hacerlo. La realidad de la Sociedad Deportiva Huesca es atar la permanencia cuanto antes, como bien señaló el técnico, e intentar sumar los máximos puntos. Habría que hacer casi pleno para tener opciones de colarse.
Por lo tanto, consolidarse en la zona tranquila es el objetivo que puede alcanzar este lunes el Huesca. Y lo haría sumando tres puntos frente a un Racing de Santander que se encuentra más necesitado que los oscenses. Para ello, la receta es clara: ser el mismo que cuando juega en El Alcoraz. La victoria estará mucho más cerca así.
