A la Sociedad Deportiva Huesca le cuesta un mundo competir cuando sale del calor que ofrece El Alcoraz. Y cuando lo hace, esa sensación tampoco dura lo suficiente como para vencer a nadie. Derrota de los altoaragoneses en Andorra por 1-0, un resultado que se queda corto para los locales visto lo visto y que sólo se entiende gracias a una magnífica actuación de Andrés Fernández.
En el once de Ziganda, Marc Mateu y Kanté como novedades en lugar de Carrillo y Obeng. Enfrente, un Andorra con el zaragocista Marc Aguado esperando su oportunidad en el banquillo. Un equipo que no negocia la posesión ni tampoco la salida de balón, buscando el juego desde su portero y obligando al rival a un ejercicio de inteligencia a la hora de ir a la presión. Ahí, el Huesca buscaba y quería que tuviera lugar el dominio andorrano en campo propio, es decir, en terreno instrascendente.
La mala noticia llegaba en el minuto 5, cuando Kanté se lesionaba en una jugada fortuita y tenía que dejar su sitio a Obeng. Se marchaba llorando. Poco después, grandísima ocasión para el Huesca. Salvador sacaba un latigazo con la derecha desde fuera del área que iba abriendo el ángulo, aunque se acabó estrellando con la madera. Hubiera sido uno de los goles del año. Por parte de los locales, más allá de amasar la bola, alguna diagonal en busca de que Bundu encarara y diera algo de verticalidad, o también Germán Valera.
Eso sí, pegaron antes. Sergio Molina probaba desde fuera del área, mal rechace de Andrés Fernández con peor marcaje de Jorge Pulido y Bakis, libre de marca, aprovechaba la situación para completamente solo hacer el 1-0 de cabeza en el 17. Se revisó, pero el pie del capitán oscense cortaba el fuera de juego. No se vino abajo el cuadro de Ziganda. De nuevo por medio de Salvador llegó el peligro tras un disparo que se estrellaba en el lateral de la red tras una asistencia al espacio de Valentín. El stopper, amonestado, estaba siendo el mejor oscense en el verde. Aunque con demasiadas revoluciones y rozando la expulsión.
Atrás seguía haciendo aguas el Huesca. Bakis se aprovechaba de la indecisión de los centrales y de un despiste de Miguel para plantarse ante Andrés, apostando por una vaselina por encima del guardameta que se estrellaría en el larguero. Señaló fuera de juego el linier, pero las imágenes demostraron que estaba en posición legal. A todo esto, el Andorra cada vez dominaba más y, lo más preocupante, más cerca de área altoaragonesa.
Aunque en la recta final asomaría de nuevo el Huesca por área rival tras mucho tiempo sin hacerlo. Especialmente con entradas desde segunda línea y prolongaciones que no llegaban al puerto definitivo. Percutían los visitantes sobre todo con centros al área de Marc Mateu, pero no encontraban despistes en la zaga andorrana, perfecta para estar al quite y llevar el 1-0 al descanso.
SEGUNDA PARTE
El Huesca adelantaba líneas de presión al arrancar la segunda parte, pero sin llegar a generar peligro. Los minutos pasaban y Ziganda necesitaba más, introduciendo en el césped a Soko y Carrillo en lugar de Valentín y Mateu, ya en el 58. El Andorra, a lo suyo, sin estresarse en exceso ni subir el ritmo de su juego. Eso sí, buscando a un Bakis que se bastaba él solo para generar problemas a Pulido y Blasco, tratando de romper la igualdad predominante entre los dos bandos.
Para esperar a una jugada de calidad hubo que esperar al 64. Enorme maniobra de Germán Valera, fajándose como quiso de Blasco y obligando a rectificar a Sielva, derribándole cuando encaraba a Andrés. Amarilla clara y segura intervención del arquero para salvar el 2-0. Entonces saltaba al césped el canterano zaragocista Marc Aguado.
De nuevo tuvo que emerger Andrés para hacer la parada del partido. Pelota al espacio para Bakis, quién si no, y su derechazo se encontraba con una gran mano del arquero que desviaba para salir pegada al poste de la portería. Por si fuera poco lo que tenía que aguantar el Huesca, se quedaría con diez. Ya avisó el colegiado a Salvador que “ni una más” en la primera mitad, pero el mediocentro realizaba una entrada contundente en el 77. Segunda cartulina, cambios ya quemados por Ziganda y el Huesca con diez.
A todo esto, Andrés seguía a lo suyo y ya por entonces había compensado con creces el error en el gol. Esta vez le sacaba a Mika Mármol un duro disparo desde la frontal que buscaba la escuadra, sosteniendo a los oscenses en su peor momento. O a Carlos, en la más clara del choque, completamente solo dentro del área pequeña y achicando lo justo para salvar una goleada clara. Incluso a Valera, un puñal que aprovechaba la superioridad numérica y la vocación ofensiva de Ratiu.
Al final, otra derrota de la Sociedad Deportiva Huesca a domicilio, situación que ya no sorprende a nadie ya que se repite hasta la saciedad en la presente campaña. Un resultado engañoso teniendo en cuenta que Andrés era el más destacado de largo por parte de los de Ziganda, que siguen condenados a un final de campaña insulso.