La SD Huesca ya ha hecho gran parte de sus deberes y está a un pequeño paso de lograr matemáticamente la salvación. Tras su empate en Málaga, equipo que marca la zona de descenso, el cuadro de Ziganda se puso a ocho puntos por encima del foso más el average. A falta de cuatro jornadas (12 puntos) parece muy improbable que las calmadas aguas oscenses se revolucionen, aunque esto es fútbol y todo puede pasar.
Si miramos los últimos cuatro choques que le quedan por disputar, los azulgranas visitan este sábado a partir de las 18.30 horas al Leganés; el domingo 14 de mayo reciben a la Ponferradina y las últimas dos jornadas serán ante Lugo y Eibar. El calendario tampoco parece realmente complicado, pero el hambre de los equipos de la zona baja, unido a las ansías de victoria de los de arriba, hacen de las últimas cuatro jornadas un escenario tranquilo, pero no seguro.
El primer escollo, el Leganés, a 6 puntos por encima del descenso, se dejará la vida y más en su campo. Los de Ziganda tendrán que volver a hacer un gran partido para conseguir puntuar, pues para el equipo madrileño cada punto y resultado es vital en esta carrera por la permanencia. El antepenúltimo rival del Huesca será la Ponferradina, que con 38 jornadas disputadas se encuentra a 10 puntos de la permanencia atado en la 20ª posición. Todavía es posible en Ponferrada la salvación, pero el choque ante el Huesca puede dictaminar su futuro.
Los dos últimos choques tendrán ambientes totalmente opuestos. El Lugo, ya descendido, buscará terminar la temporada con honor antes de despedirse de la categoría de plata. El último encuentro de los azulgranas será ante el líder, el Eibar. Los de Ipurúa puede que se jueguen en El Alcoraz el titulo de la Segunda División, aunque dependiendo de sus resultados (actualmente un empate en cinco choques) podrá tener más responsabilidades en la última jornada, pues la zona de arriba se aprieta cada vez más.
Quitando previsiones, lo que realmente le interesa a la SD Huesca es llegar a los 50 puntos. Tan solo dos puntos que lograr en cuatro partidos. Una vez alcanzados, el siguiente objetivo del cuadro oscense será subir el mayor número de puestos por aquello de la recompensa económica por los derechos de televisión.
LA CLAVE ESTÁ EN LA DEFENSA
Si algo ha logrado el Huesca es tener su propio signo de identidad. El conjunto de Cuco Ziganda se caracteriza por un fuerte sistema defensivo y una contra veloz. Su guardameta, Andrés Fernández, ha demostrado a lo largo de toda la temporada ser un portero sólido en todas las facetas y, que además, tiene esa estrella necesaria para aparecer cuando más lo necesita el Huesca. De hecho, ante el Andorra (1-0), el portero murciano se echó al equipo a la espalda y realizó hasta ocho paradas, muchas de ellas muy meritorias. Ante Tenerife (1-1) el arquero tuvo que intervenir con tres paradas rasas para mantener el punto por el empate. Igualmente, este lunes el guardameta volvió a ponerse la capa de héroe ante el Málaga y paró un penalti a Rubén Castro en el 80 que habría supuesto los tres puntos malagueños.
No obstante, no es solamente Andrés. En líneas generales, el Huesca ha encajado 31 goles, siendo el sexto equipo de la categoría (junto con el Andorra) que ha encajado menos goles en la presente campaña. Ya sea el 5-4-1 o el 4-4-2 con doble pivote, el sistema defensivo creado por el Cuco está siendo una de las facetas que más destacan en su equipo que encaja una media de 0.81 goles por encuentro. Ya sea Jorge Pulido, Blasco, Timor o Rubén Pulido, la defensa del Huesca suele estar bien cubierta y muestra que su único déficit es el ataque. De hecho, los azulgranas son el quinto equipo (junto a la Ponferradina y Burgos) que menos goles ha marcado en toda la Segunda División con 32 dianas. Su máximo goleador ha sido Juan Carlos Real con siete goles, seguido de Obeng con cuatro. De cara a los últimos partidos, mejorar el aspecto ofensivo e intentar sumar más goles de la media alcanzada podría ser la meta de Ziganda.
Con todo esto, la SD Huesca buscará terminar de la mejor forma la temporada y lograr atar una permanencia que parece vista para sentencia, pero hasta que las cuentas no den, tendrán que seguir peleando.
