Un remate de cabeza completamente solo de Roberto López y un robo en el área de Waldo bastaron al Tenerife para vencer 0-2 en El Alcoraz. El estreno de la Sociedad Deportiva Huesca en casa estuvo marcado por una sangría defensiva y una ausencia de gol que decidieron el partido. Sobre el césped, los altoaragoneses no fueron peores que su rival, pero los visitantes aprovecharon la ineficacia en las áreas para sumar tres puntos de la capital oscense. Preocupa este Huesca que suma una derrota y un empate tras la segunda jornada.
Se estrenaban los de Ziganda con Álvaro en portería y una línea de cinco con carriles para Vilarrasa y Nieto, mientras que los Pulido, además de Martos, hacían de centrales. Sielva y Kortajarena se ubicaban en el doble pivote; Joaquín y Lombardo secundaban al punta Obeng. El zaragozano Roberto López o el ex Enric Gallego eran las caras más conocidas del Club Deportivo Tenerife en El Alcoraz.
Primeros diez minutos con muy poco que contar, sin ocasiones de peligro en el estadio oscense. Ninguno de los dos se atrevía a ir con todo a por el partido. Pero todo cambiaría en el 14. Fallo garrafal de la defensa del Huesca, primero con Sergio González que sacaba a la perfección un centro al corazón del área; después, con Roberto López rematando completamente solo. Comenzaba mal el Huesca, poniéndose 0-1 cuando corría el minuto 14. Y todo ello, a pesar de los cinco atrás.
Ya en el 17, Obeng se llevaba un cuero que cedía a Vilarrasa en el área, pero el remate iba a las manos de Juan Soriano. Otra nefasta noticia para el Huesca era la patada de Enric Gallego en la nariz a Pulido en una disputa de balón que le hacía volver a sangrar por la nariz de forma abundante y saltaban las alarmas. Mientras, aprovechaban los isleños para acercarse a la meta de Álvaro en un par de ocasiones, resolviendo favorablemente el arquero.
Pausa para hidratarse en la bienvenida a la primera media hora de juego y regreso con un Huesca necesitado. Pero lejos de empatar, casi se ven con el segundo. El Huesca botaba un córner tras una jugada ensayada que casi sale, pero al ponerlo Martos, el cuadro tinerfeño despejaba sin problemas muy lejos de la meta de Soriano. El cuero iba para Juanjo Nieto, que se confió y dio el balón muy flojo atrás para que Luismi Cruz se plantase solo ante Álvaro. Ahora bien, erigiéndose como héroe, consiguió aguantar. Y aunque Martos casi se marca en propia en el rechace, consiguió salvarla al final para que El Alcoraz no estallase.
Poco más que una amarilla consiguió el Huesca desde ese minuto 37 hasta el final del primer asalto. Incluso Enric Gallego tuvo en sus botas nuevamente el segundo tras un fallo de Jorge Pulido. Y aunque lo intentó Juanjo Nieto ya en el 45, se marchaba desviado de la meta visitante. También probó Kortajarena de cabeza a centro de Lombardo, nuevamente sin ese acierto de cara a gol. Y tras el añadido de seis minutos, descanso en El Alcoraz.
SEGUNDA PARTE SIN MARCAR
Escriche y Gerard Valentín ocupaban el sitio de Enzo Lombardo y Juanjo Nieto al comenzar el segundo asalto. Y una falta peligrosa para la bienvenida mal ejecutada que servía de bien poco, más allá de provocar otra amarilla. Pero tanto fallo defensivo provocaría el 0-2. Una pequeña presión de Waldo le valía para robarle el balón a Rubén Pulido y plantarse ante un Álvaro que no podía hacer nada. Minuto 50 y partido casi zanjado.
Poco después se rompería el propio Rubén y entraría Loureiro para completar una defensa que debía mejorar mucho para evitarse disgustos toda la temporada. Aun así, estuvo muy cerca el Huesca de recortar distancias. Sielva disparaba al palo una falta lateral y el balón le caía a un Martos que, a pesar de encontrarse casi en el área pequeña, era muy difícil de rematar. El cuero se iba finalmente alto y los de Ziganda se quedaban con las ganas de ver puerta.
Pasaban los minutos y se confirmaba el gran problema del Huesca. Y eso que Obeng se quedó a poco de marcar de cabeza en el 69. Pero con una clara falta de gol y una defensa que hace aguas no se puede ganar. Por mucho que sobre el verde consiguiese tutear a un poderoso Tenerife, el problema en las áreas fue decisivo. Y ahí, a los isleños les bastó algo de solidez defensiva y un poquito de presión. El definitivo 0-2 confirma que el Huesca necesita más para cumplir los objetivos.