Cocemfe crea un símbolo para visibilizar las discapacidades orgánicas

El símbolo representa cualquier género y muestra el objetivo final: la inclusión
photo_camera El símbolo representa cualquier género y muestra el objetivo final: la inclusión

La Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (Cocemfe) ha presentado hoy un símbolo gráfico que pretende visibilizar la situación de aquellas personas que padecen algún tipo de discapacidad orgánica, es decir, la pérdida de funcionalidad en alguno de sus órganos, lo que puede afectar a cualquiera de los procesos fisiológicos que tienen lugar en el cuerpo humano. La presentación se ha celebrado simultáneamente en 41 ciudades españolas.

Según han expresado diversos miembros de la asociación, las discapacidades orgánicas presentan “problemáticas muy diversas”, por lo que el Símbolo Internacional de la Discapacidad Orgánica (DisOrganic) se pretende “empoderar a estas personas y que la gente identifique el problema cuando vea el sello”. Desde la entidad destacan tres objetivos claros: “concienciación, visibilización y empoderamiento”.

El símbolo escogido es obra del diseñador gráfico Rafael Garcés, que, en palabras de los representantes de la asociación, ha conseguido el objetivo de “mostrar algo invisible y diverso al mismo tiempo”. “La figura se encuentra en posición positiva, activa y andrógina, representa cualquier género y también muestra el objetivo final, que es la inclusión” han defendido desde Cocemfe, a la par que han recordado que el símbolo es de dominio público y, por tanto, puede ser utilizado libremente por parte de cualquier persona física o jurídica que se refiera a este tipo de discapacidades en todo tipo de soportes”.

La creación de este signo llega para dar visibilidad a esta discapacidad en España, algo que desde la asociación admiten que no siempre sucede. “Después de 20 años las cosas deben cambiar”, manifiestan, puesto que durante este periodo de tiempo han exigido la modificación del baremo que mide los grados de discapacidad, que no clasifican correctamente las de tipo orgánico. “Debemos terminar con la volatilidad, el hecho de que alguien crea o no lo que otra persona le está contando. No debe tratarse de un acto de fe”, han sentenciado.

Testimonios

En la exposición del manifiesto han participado también varias personas que padecen alguna disfunción de este tipo. Son los casos de Enrique Martínez, afectado de lupus (una dolencia en la que el propio sistema inmunitario ataca las células y tejidos sanos por error) y presidente de la asociación Alada Lupus en Aragón, y Gloria Albero, miembro de Asafa, la asociación aragonesa de los afectados por fibromialgia, un continuo dolor del que no se sabe su origen ni cuando aparecerá.

“Nunca he sentido incomprensión, aunque eso no quiere decir que no exista”, ha expresado Martínez, asegurando que “el desconocimiento de la enfermedad puede llevar a errores”. Unos errores, por ejemplo, de diagnóstico, tal y como le ocurrió a Albero: “Durante años acudes a varios especialistas, pero cada uno te detecta una dolencia. Al principio vives en la ignorancia ante la falta de un diagnóstico preciso”, ha señalado. Unas sensaciones que se unen, según Albero, a “la alteración del estado de ánimo”, lo que produce sensaciones como “nervios, miedo, soledad, ignorancia o tristeza”, ha enumerado.

En este sentido, Martínez ha manifestado que “el uso de un símbolo facilita la comprensión, porque a través de una forma sencilla se da a conocer algo muy complejo”, un fin que se identifica con el propósito último de la entidad, que la discapacidad orgánica “se comprenda y se vea”.