UGT Aragón detecta que 3.000 personas viven bajo alguna forma de esclavitud laboral

Representantes de UGT Aragón.
photo_camera Representantes de UGT Aragón.

La explotación laboral se asienta en el presente social aragonés. La creciente desigualdad, unida a la crisis del coronavirus, está motivando un aumento de casos de exclusión en la comunidad, lo que facilita la extensión del trabajo forzoso en el sector agrícola, el empleo doméstico, empresas de servicios de las ETT’s y, en mayor medida, en un perfil de persona joven, extranjera y con un situación administrativa irregular. Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en Aragón alrededor de 167.000 se encuentran en situación de vulnerabilidad social y 3.000 personas viven bajo cualquier forma de esclavitud.

En tan solo dos años, UGT Aragón ha pasado de atender 8 casos en 2018 a 23 en el presente año. De ellos, anteriormente, la cifra alcanzaba las 13 víctimas frente a las 35 actuales. La mayoría quedan en un simple relato de los hechos, mientras que, tan solo unos pocos han derivado en la presentación de una denuncia ante la inspección de trabajo o instancias policiales. “Cuando una persona viene a nosotros, llega con un alto grado de ansiedad, a menudo ya ha perdido el trabajo, no ha cobrado o se encuentra en una situación donde le habían prometido documentación y no la ha obtenido. Intentamos acogerle, que se sienta acompañado, analizar el caso y ver las posibilidades de denuncia. Nunca hacemos nada que la víctima no quiera”, ha indicado el responsable del Departamento de Inmigraciones de UGT Aragón.

La explotación se concreta tanto en el medio urbano como rural, definida en salarios muy por debajo de lo estipulado, jornadas laborales prolongadas y durante todos los días de la semana, ausencia de contrato, violaciones de las normas de seguridad, higiene y prevención de riesgos laborales, y tratos vejatorios y degradantes. UGT desarrolla desde 2015, un trabajo continuado en la sensibilización y la formación a través de talleres formativos. A su vez realiza una labor de acompañamiento a las víctimas en el ámbito jurídico, en el ámbito de la vivienda y en la legislación de extranjería, donde existe una prevalencia de víctimas subsaharianas, seguidas de origen centroamericano y sudamericano.

“Al miedo hay que hacerle frente”

“El rostro de la pobreza en Aragón es una mujer extranjera, no comunitaria, sola y con cargas familiares”, valoran desde UGT. Y las consecuencias son la pérdida de autorización de residencia, mantenimiento de una situación administrativa irregular, trastornos de ansiedad, depresión, indefensión… cronificación de la pobreza y exclusión social.

Algunos de ellos dicen basta y desde UGT acompañan en este valeroso proceso. “Trabajé como empleada doméstica y sufrí maltrato a lo largo del un año y diez mes que trabajé la casa. Me trataban como la ignorante, la que no sabe hacer nada. En mi país soy maestra, tengo mi formación profesional y yo no me siento ni estúpida, ni ignorante. Mi mayor miedo era que me devolvieran a mi país, por ello no denuncié. Las demás personas tienen que saber que sí pueden, no tengamos miedo y hagámosle frente”, ha asegurado una de las mujeres que forman parte de la acción de UGT.

La asociación plantea construir una Mesa de coordinación a nivel autonómico y propone una coordinación estatal para acabar con esta problemática social que crece en los peores momentos de la crisis.