Aragón quiere impulsar con Nueva Aquitania un observatorio sobre el cambio climático en los Pirineos

Maru Díaz ha visitado este jueves el Laboratorio Subterráneo de Canfranc, el único centro dedicado al estudio de astropartículas en España
photo_camera Maru Díaz ha visitado este jueves el Laboratorio Subterráneo de Canfranc, el único centro dedicado al estudio de astropartículas en España

Aragón quiere hacer de los Pirineos un enclave transfronterizo de investigación sobre el cambio climático y sus importantes afecciones en la cordillera. Así lo ha anunciado la consejera de Ciencia, Universidad y Sociedad del Conocimiento, Maru Díaz, que ha visitado este jueves el Laboratorio Subterráneo de Canfranc, el único centro dedicado al estudio de astropartículas en España, y que está gestionado por el Ministerio de Ciencia e Innovación de España, el Gobierno de Aragón y la Universidad de Zaragoza.

La responsable autonómica ha resaltado que la crisis climática “es uno de los mayores retos a los que se enfrenta la humanidad actualmente”, y ha apuntado a la posibilidad de que el Observatorio pudiera instalarse en Canfranc, en un espacio de la estación internacional, aprovechando las sinergias con el Laboratorio Subterráneo (LSC) y del cercano Instituto Pirenaico de Ecología, de Jaca.

“Al igual que hace más de 30 años se apostó de forma visionaria por Canfranc para ubicar una instalación única en España, que está dando unos frutos científicos de primer nivel y que lleva el nombre de Aragón por todo el mundo, queremos hacer ahora de los Pirineos un enclave puntero de investigación sobre el clima”, ha avanzado.

En opinión de la consejera, pocas cuestiones pueden tener ahora tantos efectos y de forma tan global como el cambio climático, por lo que resulta estratégico situar a Aragón en la punta de lanza de la investigación en este tema. Además de los efectos económicos y en el medio ambiente, Díaz ha subrayado también los sanitarios, aludiendo a cómo la crisis sanitaria de la Covid ha evidenciado que “la salud está directamente vinculada con el clima y la biodiversidad”.

“Pensar en cambio climático es pensar en salud”, ha dicho, para insistir en que “la crisis climática requiere de acción y respuestas urgentes si no queremos que la Covid 19 sea solo la primera de las pandemias”. En este sentido, Díaz ha defendido el “altísimo nivel” de la ciencia que se realiza en el LSC y ha asegurado que la instalación en la localidad altoaragonesa del Observatorio permanente “permitiría a investigadores y tecnólogos de ambos lados de la frontera desarrollar investigación y tecnología en temas de recuperación y sostenibilidad de los ecosistemas pirenaicos”.

Según ha comentado, el futuro Instituto, que englobaría equipos multidisciplinares de investigadores, bebería de la experiencia del Observatorio Pirenaico del Cambio Climático (OPCC), cuyo socio principal es la Comunidad de Trabajo de los Pirineos, pero que aglutina colaboraciones a ambos lados de la frontera. El trabajo del OPCC ha constatado que las repercusiones del cambio climático ya se observan en todos los sectores naturales y socioeconómicos.

“El cambio climático tiene efectos muy sensibles en los ecosistemas montañosos, que son de por sí muy frágiles, pero que presentan una gran biodiversidad y un valor patrimonial muy alto, como puede ser la desaparición acelerada de glaciares y otras alteraciones en los ciclos hídricos. Pero, además, el calentamiento global agrava los problemas socioeconómicos de los Pirineos, como la despoblación, los cambios en los usos de la tierra, la falta de cambio generacional en el sector primario, el turismo o la producción de energía”, ha explicado la consejera.

Para avanzar en este proyecto ya ha habido conversaciones con el Gobierno de Nueva Aquitania, una región con la que ya existe una larga y fructífera colaboración, tanto institucional como entre la comunidad científica y académica y entre las propias gentes del territorio.