Siempre hay un momento para recordar y para dar un penúltimo adiós; y el día de Todos los Santos, como han recomendado desde el Gobierno y desde las autoridades competentes, no era la fecha adecuada. Precisamente por esto, y por la reducción al 25% del aforo por las restricciones de la Covid-19, la mayor parte de los zaragozanos han optado por no acudir al Cementerio de Torrero este 1 de noviembre.
El Ayuntamiento de Zaragoza limitó el aforo máximo del cementerio municipal a 6.000 personas, y aconsejaron no acudir a visitar a los difuntos en esta fecha tan señalada, algo que parece que la mayor parte de la población ha respetado. El aspecto físico del camposanto y el color de las flores en la mayor parte de los nichos demostraban que los familiares habían acudido días anteriores para velar a sus seres queridos.
A pesar de esto, el negocio de las flores, sin embargo, ha sido otro de los grandes damnificados este 1 de noviembre. La mayor parte de los asistentes, según han declarado, han optado por comprar las flores en días anteriores o en otros establecimientos para evitar las colas y las aglomeraciones.
Ante la situación sanitaria actual, el Ayuntamiento de Zaragoza ha habilitado en su página web un medidor con el aforo del cementerio a tiempo real. El objetivo es que los visitantes adelantaran o retrasaran la visita según el número de personas que hubiera en un determinado momento.
Un penúltimo adiós que, aunque haya sido repartido en más días de los habituales, ha sido igual de sentido y de emocional para todas aquellas personas que, acudiendo o no, al Cementerio de Torrero, siguen recordando, día tras día, a sus seres queridos.