La consejera de Sanidad del Gobierno de Aragón, Sira Repollés, ha comparecido este lunes en las Cortes para hacer balance de la crisis sanitaria y ha reconocido que, durante la pandemia, y especialmente durante el confinamiento, la relación entre la atención sanitaria y las residencias “ha sido dispar”, según el ámbito urbano y rural y el tamaño de la residencia. Las redes y los sistemas de información que se han creado desde marzo han servido para garantizar la atención social de esta población con el objetivo de prevenir la enfermedad y mejorar la asistencia sanitaria.
Aragón tiene uno de los mayores porcentajes de población anciana viviendo en residencias. En el momento actual la esperanza de vida ha incrementado las necesidades de cuidado, por lo que muchas organizaciones privadas o sin ánimo de lucro han creado plataformas para contrarrestar los efectos de la pandemia en los usuarios. Repolles ha manifestado que “desde marzo hasta junio había 3.000 casos en residencias, fallecieron casi 800 personas de forma oficial. La pandemia demostró que había deficiencias materiales en mucho de los aspectos en el panorama residencial”. “La Covid-19 -ha continuado- nos pilló desprevenidos, pero por suerte supimos reaccionar a tiempo”.
La herramienta SIRCovid, creada por el Gobierno de Aragón, ha permitido mostrar en qué situación se encuentran las residencias y, además, también ha servido para obtener la información necesaria para poder empezar la vacunación contra la Covid de los usuarios más mayores. A finales de junio se instalaron dispositivos para ayudar en momentos de alta presión hospitalaria y diferentes equipos sanitarios se trasladaron a las residencias para ayudar a controlar el virus. Desde entonces, se han comprometido a intensificar las zonas de control, realizar pruebas PCR a los trabajadores y usuarios y a dotar de una mayor cantidad de materiales de protección.
Repollés ha agradecido el cuidado de todos los sanitarios que se mostraron comprometidos con la atención de los más mayores y, sobre todo, con los que se encerraron en las residencias para evitar que la Covid entrara en el “hogar de los ancianos”. “Siempre nos hemos preocupado por la asistencia a personas mayores y con situación de vulnerabilidad. Hemos querido tratar de forma humana a las personas que están en centros residenciales”, ha concluido.
