Espacio Ariadna atendió en 2021 a 124 familias en situaciones de conflicto

Desde que comenzó la pandemia, un total de 318 familias acudieron al Espacio Ariadna
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Unos 100 menores aragoneses duermen cada noche en diferentes centros y casas de acogida junto a profesionales de la Fundación para la Atención integral del Menor (FAIM), que este 2022 cumple 20 años de existencia. En 2014, a la vista del incremento de delitos y agresiones a progenitores que observó esta Fundación, decidió crear el Espacio Ariadna. Situado en la calle Numancia de Zaragoza, este lugar de encuentro trata desde entonces de proporcionar su apoyo y atención a familias en situaciones conflictivas de todo tipo. Desde que comenzó la pandemia, un total de 318 familias, 124 de ellas solo en el año 2021, acudieron al Espacio Ariadna, lo que corresponde a un número global de 962 personas. Y es que el virus supuso “una situación tan especial que las familias soportaron lo habido y por haber y, en 2021, con la relativa vuelta a la normalidad, estallaron”, ha explicado este martes el coordinador del programa, Falo García, en la presentación de los datos de su actividad en el último año, “en el que la demanda se ha disparado como nunca”. Durante estas atenciones, los trabajadores del proyecto constataron “que los conflictos no solo venían de casa”, por lo que era necesario complementar la intervención terapéutica con otro tipo de intervenciones, como las socioeducativas. Aunque trabajan con niños y jóvenes desde los siete hasta los 25 años, el 80 % de los casos que atiende este proyecto responden a una franja de entre 11 y 20 años de edad. El trabajo de Espacio Ariadna supone la coordinación de muchos profesionales que incluyen desde servicios sociales y de salud mental hasta la propia Policía Nacional. Una de las psicólogas del centro, Marina Gallego, ha declarado que, “aunque es verdad que el porcentaje de familias con padres divorciados puede ser algo mayor, este dato supone un estigma y no es relevante, porque hay familias de todo tipo”. Eso sí, casi todos los padres tienen algo en común, “están muy preocupados y superados”, ha afirmado Gallego, quien también encuentra similitudes entre los hijos: “todos tienen un alto grado de malestar, solo que algunos lo demuestran con palabras y otros con actos”. La mayoría de familias acuden a la FAIM derivadas por servicios sociales, aunque muchas lo hacen también por recomendación de otras. Desde la Fundación, tratan de “dar un espacio a los chicos, un lugar en el que puedan hablar de lo que necesitan, no de lo que sus padres creen que necesitan”, ha comentado Gallego. La educadora social de Espacio Ariadna, Francesca Camossi, ha añadido que “el objetivo más importante es la relación, tanto entre iguales como con otros referentes”, aunque “la atención es personalizada porque cada persona tiene unas necesidades y unas vivencias diferentes”. Así, desde Espacio Ariadna ofrecen una amplia gama de servicios, desde refuerzo educativo y apoyo académico hasta actividades más lúdicas y de tiempo libre, como ir con los chicos al cine o asistir a talleres de cocina. Lo importante es, en definitiva, el acompañamiento. En el año 2021 se incrementaron en Espacio Ariadna las demandas de colegios de primaria, antes casi inexistentes, y es que “los niños empezaron a tener más conductas llamativas”, según ha afirmado Falo García. “El crecimiento de las bandas delictivas, el consumo de sustancias tóxicas a edades muy tempranas y el aumento de expresiones de violencia” fueron algunas de las conductas de los menores por las que los centros solicitaron ayuda en masa a la FAIM, pero también “se dieron otras muchas situaciones de aislamiento y comportamientos suicidas”. Alto porcentaje de éxito Los resultados de la intervención de la Fundación “no son inmediatos” y, aunque Falo García establece un porcentaje de éxito de alrededor de un 75 %, a veces se dan trastornos de salud mental muy graves con los que se necesitan medidas más drásticas. El coordinador ha denunciado que, “a las familias, muchas veces, la inmediatez les aborda”. La paciencia es una virtud fundamental en estos casos: “los padres se equivocan muchas veces acudiendo a demasiados recursos a la vez y eso no funciona así”, ha explicado García. Por su parte, Gallego ha añadido que “hay que repartir la responsabilidad que recae sobre una familia entre todos sus miembros”. Los adultos, ha remarcado la psicóloga, “también tienen que trabajar y hay una resistencia importante en ese sentido, por eso hay que tener sensibilidad para tratar con los padres”. La violencia filioparental es, lamentablemente, más común de lo que parece: alrededor de un 30 % de las familias que atiende Espacio Ariadna sufre agresiones físicas o psicológicas de hijos a padres. Lo curioso es que, muchas veces, los padres ocultan esa violencia. “Una vez una madre tardó un mes en enseñarme los brazos, que los tenía llenos de moratones. Es complicado admitir que tu hijo es un agresor”, lamenta Falo García. Este equipo de profesionales ha observado también un aumento de la violencia económica entre las familias, que se manifiesta cada vez más con las apuestas deportivas o el consumo masivo de videojuegos. Aunque han agradecido su apoyo en materia de subvenciones al Gobierno de Aragón, a la Fundación Caixa y al Ayuntamiento de Zaragoza, desde la FAIM han querido resaltar que, cada año, necesitan nuevos patrocinadores privados: “buscamos dinero de debajo de las piedras porque es muy difícil mantener algo tan importante y que requiere tanto trabajo”. Además, insisten, “las familias necesitan mucho más apoyo que el nuestro, porque se enfrentan a problemas de todo tipo”.