Son las 11.50 horas de la mañana. Apenas faltan diez minutos para volver a disfrutar del Cipotegato en las calles de Tarazona. Con la máscara todavía en la mano, baja las escaleras y besa a su abuela Guadalupe, quién espera con un identificable brillo en los ojos que su nieta recorra las calles de esta localidad aragonesa.
A grito de "Cipote, Cipote oe oe oe" miles de personas esperan con euforia a esta emblemática figura. Ya con la máscara puesta, acompañada de sus familiares y amigos más cercanos, sale a la plaza y arranca el recorrido. “No quiero ser la más rápida ni la mejor, quiero tener un bonito recuerdo”, asegura la joven minutos antes de comenzar el trayecto.
Con los pies puestos ya en la plaza del Ayuntamiento, el traje de colores amarillo, verde y rojo es arrastrado por miles de personas que lanzan con euforia 10.000 kilos de tomates. Después, el Cipotegato ha pasado por la calle Mayor, bajando por las cuesta de Palacio hasta llegar a la plaza de Palacio e ir hacia la calle San Juan hasta el paseo de los Fueros de Aragón. Ha sido entonces cuando ha llegado a la calle Virgen del Río, entrando a la Plaza de Toros Vieja y saliendo por la calle Prado.
De ahí ha seguido por la calle Laureles, atravesando la plaza de la Seo hacia la calle Iglesias, bajando por las escaleras de San Francisco hasta el paseo de la Constitución. A continuación, ha subido por la calle Marrodán hacia la calle Doz entrando nuevamente en la plaza de España por la calle La Plaza. Un tradicional recorrido por las calles de la localidad que ha durado poco más de 15 minutos.
Al llegar, tal y como marca la tradición, la joven, rodeada de sus familiares y amigos más cercanos, se quita la máscara. Ya podemos ponerle cara al Cipotegato más esperado: Andrea Domínguez, una joven de 32 años, que tras más de 10 años participando, ha logrado convertirse en la tercera mujer en la historia del Cipotegato. “Esto es lo mejor del mundo, te lo cuentan y no es igual. Es una maravilla”, manifiesta la joven entre lágrimas al haber finalizado el recorrido.
Unas fiestas seguras
Ante la gran afluencia de visitas que se esperan, la Comandancia de la Guardia Civil de Zaragoza ha previsto un dispositivo especial de seguridad para estas fiestas. El objetivo es velar por la seguridad de los vecinos y visitantes, así como actuar rápido ante cualquier tipo de incidente. En este despliegue participan personal de seguridad ciudadana de la compañía de Tarazona; el Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) con base en Casetas; Unidad de Seguridad Ciudadana de la Comandancia (Usecic); Grupo Cinológico con canes especialistas en detección de drogas y explosivos; Unidad Aérea con base en Huesca y Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil.
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