Nuestro dilema a día de hoy es el de saber con qué nos vamos a encontrar cuando escudriñemos el recibo de la luz o el gas que consumimos en nuestros hogares, empresas o industrias. Guerra, crisis energética, inflación son palabras que hoy van ligadas a otras más livianas y menos impactantes, pero que a medida que nos hemos ido adentrando en la crisis energética que se nos ha venido encima, han ido adquiriendo un carácter más crudo y en algunos casos hasta preocupante.
Luz, gas, electricidad, energía, combustible, tarifa, factura, etc. son algunas de esas palabras en las que hasta la fecha no habíamos reparado más que en conversaciones esporádicas entre familia, amigos o vecinos, pero que cada vez resuenan con mayor frecuencia en cualquier conversación de la actualidad en los tiempos que corren. Todas ellas están presentes en los informativos, en la prensa local y ahora ya en el supermercado o en la cola del metro. Se han colado en nuestras vidas de manera casi repentina y de momento nos va a tocar convivir con ellas durante algún tiempo.
Hasta aquí todo podría parecer entendible, porque todos somos conocedores de lo que está ocurriendo a nivel internacional y de como gobiernos y organismos europeos y mundiales están tratando de lidiar con la situación de crisis energética que nos ocupa. Sin embargo, cada uno debemos hacer lo que esté en nuestras manos para en la medida de lo posible reducir su impacto tanto en la economía global como en la personal. Cambiar nuestros hábitos de consumo y elegir las mejores opciones a la hora de contratar a nuestro proveedor de luz y/o gas, que nos ayude a reducir el precio en nuestra factura, respetar el medio ambiente y evitar problemas como los cortes de suministro. Asesorarse usando plataformas como Eligenio resulta ideal para ser capaces de escoger la mejor opción entre todas las compañías y tarifas que existen en el mercado.
El conocimiento, la mejor fórmula para elegir
Conocer los diferentes tipos de energía, la diferencia entre energías renovables y no renovables y cuál es su impacto medioambiental y como cada vez se están generando formas de producir energías más limpias, resulta fundamental a día de hoy como mochila para comenzar a entender, cómo y cuánto podemos influir en lo que está ocurriendo. La eficiencia energética es otro de los términos que nos llevarán a la misma contribución. Todos utilizamos al menos media docena de electrodomésticos en nuestras casas que según la elección de unos modelos u otros puede recortar nuestra factura por consumo eléctrico hasta un 50%. Recuerda que, curiosamente, el frigorífico es el electrodoméstico que más consume, aproximadamente un 31%.
Cambio de usos y hábitos
El cambio de luces tradicionales por las luces led de última generación será uno de los usos con los que más podremos reducir el consumo en lo que a la iluminación se refiere. Una bombilla tradicional de 6W consume aproximadamente 0,006 kWh (6 Wh) en una hora. Por contra, una lámpara LED de 6W ilumina lo mismo y consume solo 114 vatios a la hora. Eso multiplicado por la cantidad de horas que tenemos las luces encendidas, puede suponer un ahorro muy significativo al final de mes y año, además de la sensación lumínica mejorada y la reducción del efecto calor por calentamiento. El hábito de recordar la desconexión de todos los dispositivos que no estemos utilizando y ese pilotito rojo que debemos apagar cada noche, pueden suponer hasta un 10% de ahorro en nuestra factura mensual.
El uso de la tecnología para reducir el consumo al alcance de tu mano
Una APP, de las que todos tenemos en nuestro smartphone, puede ayudarte a reducir el consumo de energía en tu vivienda, saber lo que gastas de luz y gas expresado en euros y un control sobre cada una de las partes de tu vivienda que te ayudará analizar su consumo energético. En definitiva, desde el mejor conocimiento y pasando por el cambio de usos y hábitos en nuestro día a día con los que aumentar en gran medida el ahorro mensual en tus facturas de la luz y el gas.
Abrigarse bien también ahorra unos euros en tu factura
Finalmente, ahora que se acerca el invierno y todos estamos pensando en como calentarnos cuando lleguen las bajas temperaturas, hemos de pensar que lo recomendable sería mantener nuestro hogar entre los 19 y los 21 grados, pero debemos considerar que con la ropa de abrigo este invierno podremos aumentar nuestra temperatura corporal al menos en un par de grados, lo que nos evitará un aumento sustancial en el consumo y, por lo tanto, una reducción de la factura. Así que ya lo sabes, se acabó pasear por casa en manga corta mientras fuera hace un frío que pela.
