Fue entre cascadas y grutas aragonesas donde se inventó el chocolate a la taza, por eso no es de extrañar que ahora, cinco siglos después, Zaragoza haya sido la ciudad encargada de acoger la Feria Internacional de Chocolate Chocomad en su primera edición fuera de Madrid. Una edición histórica no solo por la acogida de los cientos de zaragozanos que están pasando por la sala Multiusos este fin de semana sino también por ser la pionera en celebrar una gala de los Premios Goya de Chocolate.
Considerado uno de los mejores maestros pasteleros artesanos del mundo, el alicantino Paco Torreblanca ha pasado esta tarde por el Auditorio para recoger su Premio Goya de Chocolate 2022. Un busto elaborado con ese dulce manjar que Torreblanca conoce tan bien y que ha recibido de manos del reciente ganador del World Chocolate Masters de París, el joven catalán Lluc Crusellas.
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“Para mí es una satisfacción enorme venir a Zaragoza y que me den este premio, porque es una ciudad con una tradición chocolatera muy importante”, ha declarado el pastelero tras recibir el apetitoso galardón. Y es que Aragón siempre ha sido tierra de chocolateros y Zaragoza acaba de ser designada Capital Gastronómica de Iberoamérica, por eso Torreblanca ha querido recordar que fueron los monjes del Monasterio de Piedra quienes crearon por primera vez el chocolate en Europa.
Hoy la Comunidad no solo es sede de grandes grupos industriales como Lacasa, sino que cuenta también con una dilatada tradición artesana que apuesta firmemente por el “bean to bar”-del haba a la tableta-. Lacasa, Dulces Noticias y el Real Zaragoza, entre otros, también han recibido, como Torreblanca, sus propias cabezas de Goya esculpidas en chocolate.
CIENTOS DE VISITANTES
Un chocolate que como ya está demostrando la Feria Chocomad puede tener muchos usos, y así lo ha comprobado la enorme afluencia de visitantes que ha estado pasando por la sala Multiusos desde que se inauguró ayer viernes.
Allí han podido hacerse un masaje de manos o exfoliaciones faciales con chocolate pero también contemplar el arte de unos cuadros pintados con este dulce o comprobar sus propiedades beneficiosas cuando el cacao se mezcla con otros ingredientes, como el cardamomo o el anís.
La fila para degustar una rica merienda a base de fartons y chocolate a la taza de Lacasa -completamente gratis- casi daba la vuelta a la sala en esta tarde de sábado y, probablemente, continuará haciéndolo hasta que la Feria Internacional del Chocolate de por concluida esta edición el domingo.
Más de 600 catas maridadas, 50 expositores, “showcookings” en directo y una zona infantil son los principales atractivos del salón, por el que a lo largo de estos tres días se espera que pasen más de 10.000 visitantes .
Además, mañana el Auditorio acogerá un emotivo acto de hermanamiento entre ciudades que llevan el chocolate en su ADN: las españolas Utebo, Astorga y Pinto, la ecuatoriana Quevedo, y las africanas Acra y Bongouanou. Los aragoneses más lamineros todavía tienen mucho fin de semana por delante para dejarse embriagar por este manjar de los dioses por excelencia.