Papá Noel cambia Laponia por Aragón y llena los árboles de regalos en una noche mágica

El pequeño Álvaro con sus regalos
photo_camera Todo han sido risas y felicidad esta mañana

Durante unas horas, Papá Noel ha cambiado esta noche el frío de Laponia por un ambiente algo más caluroso (aunque tampoco mucho) recorriendo las calles de todo Aragón para hacer felices a pequeños y mayores con sus regalos. Los niños, claro, han sido los protagonistas y a primera hora de la mañana ya salían por Zaragoza con sus patines relucientes, el nuevo bebé en el carrito o con la vista pegada a la Nintendo Switch. Sus padres se esforzaban por mantener la ilusión pero ni Papá Noel ha podido con los estragos de la larga sobremesa de la Nochebuena.

Hay a quien Papá Noel no le trae regalos y le pasa el testigo a los Reyes Magos pero también en las casas aragonesas hay pequeños suertudos como Álvaro que disfrutan de lo lindo de las dos tradiciones. Incapaz de dormir ni un minuto más se ha levantado bien pronto esta mañana para abrir lo más rápido posible su regalo. Y ser tan veloz le ha valido la pena y es que bajo el brillante papel de regalo estaba un Garaje Turbo Service o, lo que es lo mismo, un garaje de cuatro plantas con elevador para añadir a su pista de Scalextric.

Entre coches, la inagotable Barbie y sus miles de oficios, la Snitch Dorada de Harry Potter convertida en una reliquia y los juegos de LadyBug, los niños aragoneses han vivido una de las mañanas más mágicas del año. Regalos hay para todos los gustos y mientras algunos preferían un par de libros más para llenar su biblioteca otros se ajustaban su Cinturón Pokemon, cogían a Eevee y se ponían a recorrer el mapa del nuevo Pokemon Escarlata en la Nintendo Switch.

Aunque a Papá Noel esta noche frenética no le ha dado para llegar a todas las casas, ha dejado un poco de su magia en forma de regalos secretos. Y es que los amigos invisibles también han estado muy presentes esta Nochebuena protagonizando momentos de lo más divertidos. Hay quien con 10 euros hace maravillas y regala el mejor de los presentes y quien se conforma con salvar la situación diez minutos antes de la cena… Suponemos que será cuestión de talento, aunque lo que sí es seguro es que con la visita de Papá Noel, o no, la Nochebuena ha sido el pistoletazo de salida de unas Navidades para recordar.