Un error de leyenda, el archivo de la DPZ resuelve un gran misterio de la filatelia mundial

El investigador José Antonio Herráiz y la diputada delegada de Archivos y Bibliotecas de la DPZ, Mercedes Trébol con una imagen del sello y los documentos
photo_camera Un error de impresión dio lugar a una de las mayores rarezas de la filatelia mundial

Durante más de un siglo y medio el famoso sello de dos reales azul de 1851 ha sido origen de teorías y leyendas en el mundo de la filatelia. Un ejemplar que tan solo por imprimirse en el color equivocado, azul en lugar de rojo anaranjado, se ha convertido en uno de los sellos más raros del mundo, codiciado e investigado por muchos. Ahora, el misterio del "dos reales azul" llega a su fin con el descubrimiento, en el archivo de la Diputación de Zaragoza, de los documentos que cuentan toda su historia.

El 25 de julio de 2022 se ha convertido en un día para el recuerdo en la vida del investigador zaragozano José Antonio Herráiz. En ese caluroso día verano, mientras investigaba en el archivo de la DPZ, se topó con una caja con documentos del Fondo 5, Archivo del Gobierno de Político en la sección de Correos y Telégrafos, con la referencia XVIII, 1354. "Un golpe de suerte", según Herráiz que llevó a sus manos una carpeta de contabilidad que resolvía esta gran incógnita.

"Es evidente que algo salió mal a la hora de la impresión", ha señalado el investigador, sin embargo hasta ahora habían corrido ríos de tinta con posibles teorías, entre las que se encontraba la posibilidad de que hubiera sido un ensayo. Pero entre los documentos descubiertos por Herráiz había uno que no daba lugar a dudas: una carta del director de la Fábrica Nacional del Sello, Bartolomé Coromina, indicando el error y solicitando la devolución los sellos erróneos. "Esto es un certificado casi de autenticidad. Es rarísimo encontrar un responsable de una entidad como la Fábrica del Sello en el que reconoce que se han equivocado y a partir de aquí las teorías se acaban", ha señalado el investigador.

UNA RAREZA ÚNICA EN EL MUNDO

En el mundo tan solo quedan tres ejemplares certificados como auténticos de este sencillo error que, si saliera a la venta, alcanzaría "mínimo cinco ceros, posiblemente incluso seis", ha detallado Herráiz. Sin embargo, hace mucho que no ha salido a subasta y los tres ejemplares conocidos permanecen en la British Library de Londres y en dos colecciones privadas españolas.

La historia del sello comienza el 24 de diciembre de 1850, cuando la Fábrica Nacional del Sello envió al Gobierno Civil de Zaragoza 25 pliegos de sellos de seis reales. En cada pliego había un total de 170 ejemplares que debían repartirse por los estancos de toda la provincia de Zaragoza para el franqueo de correspondencia a partir del 1 de enero de 1851.

Tan solo un día antes de su puesta en circulación se detectó que en cada uno de esos pliegos se había colado un sello de dos reales en la fila 8, columna 14. Comenzaba entonces la aventura de localizar esos 25 sellos de dos reales azules que Coromina había indicado que se debían devolver a la Fábrica Nacional del Sello, seguramente para su destrucción. Sin embargo, la tarea iba a ser más difícil de lo esperado y, para el 28 de marzo de 1851, el gobernador civil de Zaragoza enviaba a Madrid 24 sellos de dos reales, uno quedaba perdido para siempre. "Alguien se debió volver loco buscando el sello de dos reales por toda la provincia", ha comentado Herráiz. Un ejemplar que, seguramente, ya se había vendido y utilizado sin que nadie se diera cuenta y que ahora sabemos que podría ser uno de los tres que existen.