kwonsite y otros planes de nieve en Aragón
El snowkite mezcla el esquí o el snowboard con una cometa de kitesurf. Foto: Aramón

Tanto si no nos gusta esquiar como si buscamos una actividad diferente después de uno, o varios, días deslizándonos por las pistas, Aragón ofrece muchas alternativas para disfrutar de la nieve y los parajes naturales de la montaña. Desde relajantes y calentitos baños en las aguas termales del Balneario de Panticosa hasta construir iglús o pasear por la montaña a bordo de un trineo tirado por perros, la Comunidad y sus montañas permiten disfrutar de un amplio abanico de actividades.

GASTRONOMÍA EN LA NIEVE O DORMIR BAJO EL CIELO PIRENÁICO

Tras un día en la montaña nada apetece más que una buena comida y qué mejor opción que alargar la jornada cenando en la nieve. Snowcooking Guayente Cerler es una opción perfecta para maridar gastronomía y montaña. Un evento anual, y exclusivo, que promete una velada gastronómica en el Restaurante Cota 2.000 tras el cierre de las pistas con un final mágico: un último descenso hasta Cerler 1.500 a la luz de las estrellas.

Los siete domos de Las Mugas trasladan a sus huéspedes a la leyenda de la diosa Culivillas. Foto: Las Mugas

Un poco menos exclusiva es la opción de contratar un chef personal que prepare una deliciosa comida con productos autóctonos en un campamento de montaña. Un menú muy pirenaico que se puede degustar en Tramacastilla de Tena y que se elabora con parrillas, pizarras, ollas ferroviarias o espetos, utensilios y técnicas que los montañeros han utilizado a lo largo de la historia. Además, esta experiencia se combina con dos horas de rutas por el entorno a bordo de motos de nieve, la forma perfecta de abrir el apetito.

Pero a la hora de ofrecer alternativas gastronómicas en la nieve, Formigal-Panticosa es la que más actividades propone para todos los gustos. Cuando todos los esquiadores han abandonado la estación para reponer energías para el día siguiente, un grupo de máximo diez personas puede permanecer en las pistas un ratito más. El telesilla de Sallent se vuelve a poner en marcha para un último viaje que lleva a los hambrientos esquiadores hasta la Trattoria Cantal. Tras una exclusiva cena en la montaña, llega el momento más esperado de la noche: el último descenso. Casi 2,5 kilómetros de pista que los participantes recorrerán montados en trineos clásicos de madera.

En Formigal-Panticosa nos podemos hacer el último descenso del día en trineos clásicos de madera. Foto: Aramón

Aunque si lo que no queremos es tener que abandonar los parajes mágicos del Pirineo aragonés, también cabe la posibilidad de dormir bajo las estrellas o en un refugio, eso sí, con todas las comodidades. Las Mugas, en Formigal-Panticosa, traslada a sus huéspedes a la leyenda de la diosa Culivillas, que siendo perseguida por el dios Balaitus, al que había rechazado, fue rescatada por unas hormigas blancas. Para agradecerles su valentía, la diosa se clavó un puñal en el pecho para que descansaran cerca de su corazón, dando así nombre a Formigal

Algunos dicen que la magia de Culivillas todavía se siente en la montaña, especialmente en el complejo de siete domos que compone Las Mugas. Tras una jornada disfrutando de la nieve, los afortunados residentes ascenderán a sus habitaciones, a 1.800 metros de altura, en esquís, telesilla o vehículos pisapistas. La experiencia se completa con una cena gourmet de kilómetro 0 y una excursión con raquetas.

OTROS DEPORTES PARA LOS MÁS INQUIETOS

Aquellos que no contemplen ir a la montaña sin hacer deporte, pero el esquí se les quede corto, también tienen alternativas en la nieve. Castejón de Sos y Cerler invitan a los más atrevidos a salir volando por la nieve con el snowkite o el speedflying, unas modalidades deportivas que mezclan el esquí o el snowboard con una cometa de kitesurf o un parapente.

Junto al Balneario de Panticosa podemos aventurarnos a bucear bajo el hielo. Foto: Federación Aragonesa de Actividades Subacuáticas

Y si lo que prefieren es dar paseos verticales, también se pueden lanzar a escalar en hielo, aunque para esta actividad es necesario tener cierto nivel técnico y se recomienda contar con guías profesionales.

Bastante más calmada es la opción de hacer alguna ruta de raquetas para disfrutar de un agradable paseo por la nieve rodeados de la espectacular naturaleza pirenaica. Bosques, ibones, fauna y flora están al alcance de la mano con esta actividad en la que se pueden invertir unas pocas horas o varios días. Lo más recomendable es contratar a un guía profesional que nos ayude durante la travesía.

BUCEAR BAJO EL HIELO O CONSTRUIR UN IGLÚ

Si el frío no es un problema, existen dos alternativas al esquí muy especiales: bucear bajo el hielo y construir iglús. Cuando ya se han recorrido todos los baños termales y los circuitos de masaje del Balneario de Panticosa, nos puede entrar curiosidad por saber qué se siente al meterse en el lago en pleno invierno. Una actividad para valientes que siempre tienen que ir acompañados de alguno de los clubes de submarinismo de la zona.

Además, si las guerras de bolas de nieve y los muñecos se nos quedan cortos, podemos volvernos arquitectos por un día y construir un iglú. Algunas de las opciones que se ofrecen permiten incluso pasar la noche en el recién construido refugio con todo lo necesario para un sueño reparador en medio de la nieve.

Y tras estas congelantes aventuras, nada mejor que volver al Balneario para entrar en calor entre saunas, baños turcos y las aguas hipertermales y descansar mientras se disfruta de los distintos tratamientos y masajes.

Las estaciones de esquí de Aragón cuentan con numerosos espacios dedicados a los niños. Foto: Aramón

NIEVE PARA NIÑOS

Lanzarse colina abajo en un trineo, jugar en las zonas infantiles de las estaciones de esquí o disfrutar de la montaña en un paseo tirado por perros son algunas de las alternativas al esquí en Aragón más aptas para los niños. Para ello, Huesca cuenta con numerosos lugares donde se puede practicar una de estas actividades o todas ellas. Los espacios nórdicos de Linza, Lizara, Gabardito, Llanos del Hospital y el Balneario de Panticosa, por ejemplo, disponen de zonas especiales para disfrutar de la nieve en trineo.

Muchos de los espacios nórdicos de Aragón ofrecen la posibilidad de dar un paseo en trineos tirados por perros. Foto: Aramón

Si los niños son especialmente amantes de los animales, una actividad perfecta para ellos puede ser el mushing. El Alto Aragón, concretamente en el valle de Tena, Cerler y Formigal, es el lugar perfecto para darse una vuelta en un trineo tirado por perros acompañados de guías expertos. Y, sin salir del valle de Tena, en Piedrafita de Jaca, los más curiosos pueden visitar el bioparque Faunístico de Lacuniacha. Un total de 30 hectáreas donde conocer toda la fauna y flora del Pirineo en un recorrido de 4,5 kilómetros por senderos de montaña.

Dentro de las propias estaciones de esquí alpino de Aragón, los niños también tienen su pequeño remanso de diversión. Los distintos Jardines de Nieve, el espacio Nieveaventura, Candanchulandia o el Bosque Animado están diseñados para que los más pequeños de la casa disfruten de la nieve entre juegos de habilidad, puntería y destreza.

Biescas Aventura es el parque de tirolinas más grande de los Pirineos. Foto: Biescas Aventura

Para los niños más aventureros también hay alternativas, como deslizarse por la tirolina más larga de Europa. Casi un kilómetro de recorrido que comienza en el mirador de Hoz de Jaca y sobrevuela el lago de Búbal a más de 120 metros de altura. Una manera única de disfrutar del valle de Tena. Y si con una sola tirolina no tienen bastante, en Biescas se encuentra el parque de tirolinas más grande de los Pirineos, Biescas Aventura. Una actividad que también se puede realizar de noche, rodeados por la profundidad del bosque, los sonidos de la fauna nocturna y mucha adrenalina.

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