Hoy, 16 de marzo, el santoral recuerda a San Heriberto, monje nacido en el siglo X que llegó a ser obispo de Colonia (Alemania). Era conocido por su piedad y humildad, y su dedicación a los pobres y enfermos. A pesar de los numerosos desafíos a los que se enfrentó durante su episcopado, se mantuvo firme en su fe y siguió sirviendo a su pueblo hasta su muerte. En la actualidad, San Heriberto es venerado como modelo de virtud y devoción cristianas, y su festividad es celebrada por millones de católicos en todo el mundo.
Además de estos santos, el 16 de marzo también se honra a Santa Benedicta. Ingresó en las Clarisas de Asís en 1214 y fue abadesa del monasterio de San Damiano hasta 1260. Presenció la construcción de la basílica en honor de Santa Clara, y el traslado de las Clarisas desde el local anexo a la vieja iglesia de San Jorge. Sus restos se encuentran en la Basílica de Santa Clara de Asís.
También hoy, el santoral recuerda San Hilario y San Tiziano, mártires de Aquileia en 284. Sus reliquias, guardadas primero en Aquileia, se trasladaron a Grado por temor a los Longobardos. Se les dedicó una iglesia, luego catedral, en la ciudad de Gorizia de la que son patronos
¿POR QUÉ SE CELEBRAN LOS SANTOS?
La celebración de la onomástica es una forma de reconocer y honrar sus logros espirituales y de buscar su guía e inspiración en nuestras propias vidas. Los santos son venerados como líderes espirituales o figuras que han alcanzado un alto nivel de santidad y han vivido su vida al servicio de Dios o de una religión concreta.
Muchos santos tienen un día especial dedicado a ellos, que celebran los fieles de todo el mundo. Para ello, en cada cultura se celebran diferentes ceremonias religiosas, leyendo sus enseñanzas o visitando lugares sagrados asociados a ellos.
