La Mexicana lleva Doritos, salsa de quesitos y jalapeño, y la Siciliana, macarrones a la carbonara y crema de pecorino a la trufa blanca. También hay alguna con arroz, chorizo o longaniza y solo los valientes se atreverían con la San PeTRESburgo de tres pisos (tres hamburguesas, tres huevos y extra de queso). Es precisamente esta última la que da nombre al icónico local de la calle San Antonio María Claret, 47, de Zaragoza. El San Petersburgo nació en 1985 como un negocio en el que servían platos del día y bocadillos y acabó convirtiéndose en la cuna de las hamburguesas más curiosas de la capital aragonesa.
Su carta cuenta con una veintena de propuestas, todas ellas con nombres de nacionalidades. La Francesa lleva roquefort, la Alemana, salchichas frankfurt, la Italiana espaguetis con tomate, la Normanda, puré de patatas y queso camembert, y la Red Hot Chili Peppers lleva lo que desde el San Petersburgo han denominado como "pupa"; es decir, chile habanero, el más picante de la comida mexicana. También hay algunas más exóticas, como la China que lleva arroz o la India con curry de verduras.
La Inglesa lleva ya las chips integradas en la propia hamburguesa mientras que la de aquí, la Aragonesa, está hecha de longaniza. También la de chorizo, "veggie", hecha con espinacas, crema de tomate y pimientos y la Rusa que se hace con salsa tártara y salmón ahumado. Para disfrutar de una auténtica experiencia americana, la hamburguesa que lleva ese nombre te transportará directamente a los Estados Unidos con la receta a base de huevo, cebolla pochada, pepinillos, huevo, bacon y salsa barbacoa. Otra de las más especiales es la Veneciana con bechamel, crema de foie y piñones.
La Siciliana y la Italiana son de las más solicitadas por eso de la extrañeza de los espaguetis en una hamburguesa aunque Eduardo Fernández, propietario del San Petersburgo, cuenta que todas triunfan. "La Mexicana también es de las más solicitadas, eso sí, quien prueba una repite y siempre ya vuelve y pide la misma". El San Petersburgo también cuenta en su carta con una gran variedad de bocadillos y de sándwiches de uno y dos pisos con recetas menos innovadoras que las de las hamburguesas.
Lo que también es un indispensable en el local es la tortilla de patata. "Se dice por ahí que es una de las mejores de Zaragoza y mucha gente viene a por su pincho a almorzar o lo que sea. Yo no quiero decir nada, pero es verdad que está muy rica"…, reconoce Eduardo. Con una clientela variada, los primeros que van al San Petersburgo son "los hijos y luego son ellos los que traen a sus padres hasta aquí".
A la suculenta carta se unen unos precios competitivos que van desde los 5 a los 10 euros en las hamburguesas y que no superan los 10 ni en bocadillos ni en sándwiches. "Nosotros empezamos en 1985 haciendo una cosa muy diferente a la que hacemos ahora y entonces llegamos por casualidad a las hamburguesas y la verdad es que no nos podemos quejar", dice el propietario.
