El santoral recuerda hoy, 31 de marzo, a San Benjamín un diácono y mártir cristiano venerado por la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa. San Benjamín era un diácono de la iglesia cristiana en Persia, donde la religión cristiana estaba perseguida y prohibida. Fue arrestado y acusado de convertir a los persas al cristianismo y negarse a renunciar a su fe. Fue llevado ante el rey y le ofrecieron riquezas y honores a cambio de renunciar a su fe, pero San Benjamín se negó y fue sometido a terribles torturas.
A pesar de los tormentos, mantuvo su fe y se dice que cantó himnos de alabanza a Dios incluso mientras estaba siendo martirizado. Finalmente, fue decapitado en el año 424.
Este día, el santoral católico recuerda también a Santa Balbina de Roma, una mártir y santa cristiana venerada por la Iglesia Católica. Balbina vivió en el siglo II en Roma y era hija del gobernador romano Quirino.
Balbina se convirtió al cristianismo y fue bautizada por el Papa Alejandro I. Debido a su fe, sufrió la persecución y el martirio a manos del emperador romano Antonino Pío, quien la condenó a la decapitación. La tradición cuenta que, durante su martirio, se le apareció una paloma blanca, que simboliza el Espíritu Santo, y que voló hacia el cielo llevando su alma.
El culto de Santa Balbina se extendió por toda Europa y su tumba en la iglesia romana que lleva su nombre se convirtió en un lugar de peregrinación. La iglesia fue construida en el siglo IV sobre una casa que se decía que era de la familia de Santa Balbina.
¿POR QUÉ SE CELEBRAN LOS SANTOS?
La celebración de la onomástica es una forma de reconocer y honrar sus logros espirituales y de buscar su guía e inspiración en nuestras propias vidas. Los santos son venerados como líderes espirituales o figuras que han alcanzado un alto nivel de santidad y han vivido su vida al servicio de Dios o de una religión concreta.
Muchos santos tienen un día especial dedicado a ellos, que celebran los fieles de todo el mundo. Para ello, en cada cultura se celebran diferentes ceremonias religiosas, leyendo sus enseñanzas o visitando lugares sagrados asociados a ellos.
