De barrio de comerciantes a epicentro gastronómico de Zaragoza: ¿Por qué "El Tubo" se llama así?

Esta zona tiene un entramado de calles laberínticas donde se pude disfrutar de la mejor gastronomía de la ciudad
photo_camera Esta zona tiene un entramado de calles laberínticas donde se pude disfrutar de la mejor gastronomía de la ciudad

Calles estrechas, pequeños bares, tapas, antiguos y típicos negocios, vecinos y turistas conviven en esta icónica zona de Zaragoza. Hablamos de “El Tubo”, uno de los rincones más interesantes y con más historia de la capital aragonesa.

Se trata de un entramado de calles laberínticas donde se pude disfrutar de la mejor gastronomía de la ciudad, una parada obligatoria para los visitantes. Su nombre refleja la esencia de estas delgadas y largas calles limitadas por la plaza de España, calle Don Jaime, calle Méndez Núñez y la calle Alfonso I.

Situado en el barrio de San Gil, “El Tubo” de Zaragoza es la zona de tapeo más famosa de la ciudad, sus calles esconden un estilo propio y particular que fusiona la antigüedad con la vanguardia. Cuatro de Agosto, Libertad, Cinegio y Mártires son algunas de las calles que forman el entramado de “El Tubo”. En sus casi 500 metros, la calle Estébanes destaca entre las demás por ser la que más establecimientos congrega.

“El Tubo” alberga multitud de bares a lo largo de sus calles

A PUNTO DE DESAPARECER

En el siglo XVIII la ciudad de Zaragoza experimentó un gran crecimiento demográfico, se construyeron casas y edificios nuevos. La zona de “El Tubo” adquirió protagonismo gracias a los comerciantes que encontraron en estas calles el sitio idóneo para sus negocios.

Pero no fue hasta el siglo XIX con la apertura de numerosas tabernas y bares cuando se convirtió en una zona de ocio y entretenimiento. Sin embargo, durante los Sitios de Zaragoza la zona quedó derruida y, a pesar de su ubicación privilegiada, en pleno centro de la ciudad, quedó abandonada y en ruinas.

La ciudad tardó más de treinta años en adquirir un aspecto de ciudad en desarrollo, pero el deterioro de estas calles acabó convirtiéndolas en una zona marginal.

En el siglo XIX, con la apertura de numerosas tabernas y bares, se convirtió en una zona de ocio y entretenimiento

Durante esos años hubo numerosos planes urbanísticos para demoler “El Tubo” debido a que sus construcciones seguían en pleno derrumbe. Este lugar tan emblemático de la ciudad quedó degradado y abandonado, lo que obligó a cerrar numerosos locales. Fueron los propios comerciantes y dueños de los pocos bares que quedaban los que plantearon una renovación de sus calles para devolver al “Tubo” su identidad.

Por suerte, nunca se llevaron a cabo esos proyectos de demolición y gracias a la iniciativa privada se renovó la entrada a este conjunto de calles con la construcción de Puerta Cinegia. Esta acción ha conseguido llenar de ambiente el viejo “Tubo” a pesar del cierre de míticos bares y la desaparición de emblemáticos negocios.

“El Tubo” ha vuelto a la vida gracias a bares y restaurantes que atraen a numerosas personas de todo el mundo que buscan disfrutar de la gastronomía local. Están apareciendo también nuevos locales para llenar, todavía más, sus estrechas calles. Se ha convertido en una de las zonas de tapeo más famosas y conocidas.

BARES MÍTICOS

“El Tubo” alberga multitud de bares a lo largo de sus calles en los que los champiñones, las migas o las croquetas son las tapas más codiciadas entre la gente que recorre estas emblemáticas calles. Uno de ellos es el bar “El Champi”, que se encuentra en plena calle Libertad y, como su propio nombre indica, solo sirven una tapa: champiñones.

“El Tubo” alberga multitud de bares a lo largo de sus calles

Se trata de un pincho que se ha convertido en todo un clásico de “El Tubo”. Tres champiñones a la plancha con una deliciosa salsa secreta, una gamba en lo más alto y una rodaja de pan como base que, además, se puede acompañar con una serie de vinos ecológicos de barril y cerveza artesana. Gracias a su exquisito sabor, ha alcanzado el exitoso título popular de los mejores champiñones de Zaragoza

Si quieres degustar un buen vino, “Bodegas Almau”, inaugurada en 1870, es una taberna tradicional dedicada al almacenamiento y venta de bebidas alcohólicas. Con una decoración rústica y una amplia selección de vinos y tapas típicas entre la que destaca la anchoa con todas sus variedades. Desde dulce de anchoa con crema de rulo de cabra, confitura de tomate y virutas de chocolate hasta la tradicional anchoa en salmuera pasando por una anchoa con aguacate, menta y almendra picada.

Y otro de los restaurantes con más tradición de “El Tubo” es “Doña Casta”. Un local de creación especializado en croquetas y huevos rotos con combinaciones menos usuales y algo arriesgadas. Entre sus elaboraciones destacan las croquetas de queso cabrales con manzana, de boletus con foie o la más sorprendente, gallina con chocolate.