Grupos de tradición cristiana, budista y de yoga caminan en silencio por la Paz en Zaragoza

Grupos de tradición cristiana, budista y de yoga han caminado esta tarde en silencio por la Paz en Zaragoza
photo_camera Grupos de tradición cristiana, budista y de yoga han caminado esta tarde en silencio por la Paz en Zaragoza

“No hay camino para la paz, la paz es el camino”, esto fue lo que muy sabiamente dijo en su día la figura central del movimiento de independencia indio, Mahatma Gandhi. Un hombre cuya resistencia pacífica le convirtió en uno de los máximos símbolos universales de la Paz. Aunque sus metas eran ambiciosas, ya que soñaba con alcanzar la justicia social y la concordia entre religiones. Hoy, ese sueño y aspiraciones, aunque brevemente, se han hecho realidad en la capital aragonesa.

Con ocasión del Día Internacional de la Convivencia en Paz, esta tarde se han dado cita un grupo de personas en Zaragoza que representan a todos los credos, ya que en realidad, para ellos no existen. Unidos, han caminado y meditado como un solo corazón, para ser Paz. Desde la plaza de San Bruno ha comenzado una marcha de más de 50 personas en columna, con paso sereno, en silencio y calma, a través de la Plaza del Pilar hasta llegar a la bola del mundo. Ha sido en este punto y a modo de metáfora en el que se han sentado durante quince minutos en meditación.

Iván ha sido uno de los participantes en esta marcha y ha recalcado que el mensaje más importante es que “todos haciendo el bien y enfocándonos en que todos somos uno es como todo suma. No hay que hacer de la Paz solamente de unos y los que no son de los míos no pueden hacer la Paz, sino que yo pido la Paz por todos sin excluir a nadie ni a nada”.

La marcha ha comenzado en la plaza San Bruno y ha culminado en la bola del mundo de la plaza del Pilar.

Antes de iniciar la marcha, uno de los representantes del Grupo Zen Respira, Pablo Canesa, ha explicado que les gustaría mostrar a la ciudadanía que la Paz es necesaria y es posible. "Es imprescindible para resolver la mayoría de problemas que tenemos hoy en día. Creemos que la paz en un sentido real, experimentada es imprescindible como sociedad”.

“Estamos en realidad gente que seguimos un poco un camino de conciencia y de conexión con lo que el ser humano es en el fondo. Ahí en el fondo hay paz y a veces se nos olvida. Es una manera de recordar que todos tenemos paz ahí dentro, solamente hay que parar e ir más despacio. Todos compartimos eso, somo seres humanos que compartimos un corazón abierto y dispuesto a sentir paz. Aquí no existen credos, simplemente somos seres abiertos de corazón”, nos relataba Estrella, otra de las integrantes del grupo Respira.

Es doloroso muchas veces ver cómo va el mundo: odio y polarización cotidianos, nuevas guerras que se suman a conflictos antiguos, personas migrantes ahogadas en el Mediterráneo o que sufren rechazo e indiferencia, mujeres muertas a manos de sus parejas, problemas de salud mental entre los jóvenes o una crisis ambiental que ya no se puede ocultar.

Todo ello puede resultar muy abrumador y parece que poco o nada se puede hacer al respecto. Sin embargo, tras analizar con calma la situación, a través de los pensamientos, actitudes, palabras y acciones diarias es posible sembrar una cultura de la Paz que alivie el dolor y que contrarreste a una cultura de la violencia.

DÍA INTERNACIONAL DE LA CONVIVENCIA EN PAZ

La paz no sólo es la ausencia de conflictos. Convivir en paz consiste en aceptar las diferencias y tener la capacidad de escuchar, reconocer, respetar y apreciar a los demás, así como vivir de forma pacífica y unida. Es un proceso positivo, dinámico y participativo en que se debe promover el diálogo y solucionar los conflictos con un espíritu de entendimiento y cooperación mutuos.

La Asamblea General, reconociendo la necesidad de eliminar todas las formas de discriminación e intolerancia, en su resolución 72/130, declaró el 16 de mayo como el Día Internacional de la Convivencia en Paz, enfatizando la importante función de la sociedad civil, incluidos el mundo académico y los grupos de voluntarios, en el fomento del diálogo entre religiones y culturas, y alentando a que se apoyen medidas prácticas que movilicen a la sociedad civil, como la creación de capacidad, oportunidades y marcos de cooperación.

"Hoy más que nunca el mundo necesita un cambio colectivo, en el que las soluciones políticas, económicas y sociales han de ir acompañadas de un cambio de mentalidad. Necesitamos ser Paz, porque si no hay Paz en nosotros, de ninguna manera puede haberla en el mundo", concluían los representantes de esta marcha.