Los afectados por alcoholismo representan por sí solos un tercio de los ingresados en la Comunidad Terapéutica de Proyecto Hombre, que durante 2022 ha acogido a 143 personas en Aragón. Entre los jóvenes que se someten a la orientación, más de la mitad lo hacen por adicción al cannabis.
Hasta 1.285 personas han sido atendidas durante el año en las instalaciones de la Fundación, que comprenden Proyecto Hombre, el programa Tarabidan y las Unidades de Atención y Seguimiento a las Adicciones. El problema más común de demanda de tratamiento surge a raíz del consumo de cocaína, que supuso en 2022 un total de 294 ingresos. A la par se encuentra la adicción a la heroína, 255 casos; seguidas del alcohol, el cannabis y las anfetaminas.
Estos son algunos de los datos que la Fundación Centro de Solidaridad de Zaragoza ha presentado este jueves con respecto a su actividad el año pasado. Su secretario general, Jesús Sánchez, ha destacado que, aunque las restricciones originadas por la pandemia han reducido considerablemente los ámbitos de riesgo como los botellones, “la tolerancia social con el alcohol provoca que la mayoría de los afectados no lo consideren un problema real”.
EL CANNABIS, PRINCIPAL ADICCIÓN ENTRE LOS JÓVENES
En 2022, la Fundación ha atendido 120 casos de jóvenes con adicciones a sustancias, de las cuales destaca especialmente el cannabis, con un total de 81 tratamientos. Además, 9 ingresaron por adicción a derivados anfetamínicos, 4 por alcoholismo y 3 por consumo de cocaína.
Muchos de estos casos son correspondientes a personas menores de edad. Al llegar a la organización, se les admite en el programa Tarabidan, que promueve un proceso educativo y de maduración de jóvenes con riesgo, teniendo en cuenta problemas comportamentales, conflictos con iguales o dificultades escolares y familiares.
OBJETIVO: EL INGRESO DE MUJERES
El secretario general ha incidido en la necesidad de llegar con mayor eficacia a las mujeres en situación de drogodependencia. “Los roles tradicionales de cuidados y responsabilidades familiares pueden hacer que pasen casi 15 o 20 años entre que una mujer comience una adicción y que se ponga a disposición de un tratamiento”, ha manifestado Sánchez.
Este problema causa que, de las 1.285 personas atendidas, tan solo el 19%, 241 en total, sean mujeres. En su mayoría, las pacientes ya sufren un deterioro prolongado debido al silencio clínico prolongado.
EVITAR RECAÍDAS
Entre las medidas más eficaces para evitar las recaídas de las personas que han superado el tratamiento, la Fundación ha puesto en valor su piso tutelado, puesto en marcha el pasado mes de octubre. “Es una instalación muy eficiente que no necesita supervisión constante como la residencia y donde los pacientes empiezan a tener una autonomía”, ha expresado la presidenta, Pilar Aznar, quien define el alojamiento como “una solución intermedia” que puede acoger a hasta cinco personas a la vez.