Cuando se trata del sistema de frenos, todo automovilista experimentado está estresado. Sobre todo si hay algún problema. Y es bastante lógico, ya que su buen funcionamiento es la clave de la seguridad al volante. Hoy, nuestra tarea es hablar de un componente importante de este sistema, a saber, los discos de freno. En este artículo, aprenderás qué son, qué aspecto tienen y las señales que indican que ha llegado el momento de sustituirlos.
Unas palabras sobre qué son los discos de freno
Para empezar a hablar de los discos de freno, hay que entender cómo frena el vehículo en general. En este contexto, se hace posible revelar la funcionalidad de las piezas que estamos discutiendo. ¿Qué ocurre cuando se pisa el pedal del freno? Se crea una especie de fricción que hace que el coche se detenga. En detalle, existe un tándem entre el disco de freno y la pastilla de freno. Estas últimas son presionadas contra la superficie de contacto del disco de freno por el sistema hidráulico. Así es como se produce la mencionada fricción, a través de cuya fuerza, la rueda comienza a desacelerar. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la rotación de la rueda genera energía calorífica, que también calienta enormemente el disco. Por eso, este elemento necesita refrigeración. Pero sobre esto hablaremos un poco más adelante.
¿De qué está hecha esta pieza? En la mayoría de los casos, de una especie de hierro fundido y grafito, que tiene una forma plástica. Pero, como ya hemos dicho, puede estar hecha de algo más que estos materiales. Algunos fabricantes prefieren utilizar carbono o cerámica.
Como ya hemos dicho, las ruedas están expuestas a altas temperaturas. Por eso, la mayoría de los coches modernos suelen estar equipados con discos ventilados. En este caso, la refrigeración se consigue perforando el disco. Hay dos partes estructurales, el cubo central y el tren de rodaje. Según el tipo, los discos se dividen en discos de una pieza y discos compuestos.
¿Qué tipos de discos de freno existen?
- De una sola pieza. Como ya habrás adivinado, están hechos de una sola pieza maciza de metal. Constan de un rotor homogéneo y una pieza central.
- Ventilados. Tienen una ingeniosa construcción con canales que permiten descargar el calor extra.
- Perforados. Este tipo es necesario para las máquinas deportivas, ya que permite ventilar los gases y, por tanto, eliminar la suciedad adherida al rotor.
- Ranurados. Cumplen la misma función que las ranuradas. Sin embargo, además de esto, tienen un borde ranurado que permite una limpieza adicional de la superficie del disco.
- Cerámicos. Muy resistentes a las altas temperaturas.
Cambiar o no cambiar, ésa es la cuestión. Signos de avería del disco de freno
- Hay una situación que puede provocar de forma muy sencilla el fallo de los discos. A veces, tras una frenada brusca, un disco golpea un charco y se enfría rápidamente, por lo que es probable que se agriete. Este es el momento de llamar a un taller.
- Frenos atascados.
- Una vibración en el coche, una mala dirección durante el frenado, así como tirar del volante hacia un lado, son signos de fallo del disco que no deben ignorarse.
- El pedal de freno se pisa con excesiva facilidad.
- El coche frenó bruscamente.
- Se produce un silbido o chirrido característico al frenar.
- El coche hace un ruido poco característico al decelerar.
