Contraseñas secretas y espacios ocultos: bares clandestinos para disfrutar de una copa (y más) en Zaragoza

bares clandestinos en Zaragoza
photo_camera Un trocito del encantador carisma checo se encuentra en Zaragoza en el Praga Vermutería

Escondidos en algunos de los rincones más remotos de Zaragoza, se encuentran varios locales misteriosos solamente visibles para los ojos más ávidos. Desde claves secretas hasta puertas con doble fondo, ha llegado a la capital aragonesa la moda de lo clandestino y lo oculto. Nadie sabe por qué triunfan tanto, quizá por un carácter diferenciador que atrae a los más curiosos de la ciudad o por una temática y muy cuidada estética. No obstante, es casi seguro que su fama les precede por los deliciosos cócteles o platos que preparan. Estos son cuatro locales “ocultos” y clandestinos de Zaragoza.

CALLING ROOM

Quizás es el más famoso de todos los lugares clandestinos de Zaragoza y, aun así, no todo el mundo sabe dónde se encuentra exactamente. En sus redes sociales hay alguna pista, pero para poder acceder a este club ambientado en los años 20 es necesario solicitar antes una reserva. Una vez hecha, solo aquellos que sigan las enigmáticas instrucciones al pie de la letra llegarán a un lugar secreto en el que alguien les pedirá la contraseña que se facilita en sus redes sociales. Tan solo si se descifra el misterio, se les permitirá llegar a Calling Room.

Tan solo si se descifra el misterio se permite llegar a Calling Room

Una vez dentro, un suave aroma a alcohol y la música jazz da la bienvenida a un salón decorado al más estilo newyorkino de los años 20. Fue en plena Ley Seca cuando surgieron los “speakeasy”, exclusivos bares ilegales a puerta cerrada en los que era posible desafiar a la autoridad bajo un acuerdo no firmado de confidencialidad.

No obstante, después de sentirse engullido en un bar de época, lo siguiente a lo que prestar atención es a la amplia oferta coctelera, que recorre desde bebidas internacionales a algunas al más puro estilo español. Algunos de ellos llevan el nombre de ciudades como Segovia, Villafranca del Penedès o Álava. Como curiosidad, a estos cócteles los acompaña el prefijo de teléfono correspondiente a la ciudad que le da nombre.

Más allá de un bonito local, Calling Room es una experiencia en todos los sentidos, desde la música en directo, los cócteles más deliciosos o un ambiente de lo más discreto. Durante una hora y cuarenta y cinco minutos, todo aquel que se adentre en su interior podrá sumergirse en un mundo nuevo plagado de misticismo acunado con el leve rumor de las conversaciones más clandestinas.

SR. CACHOPO

Un aire añejo se respira al cruzar las puertas de la tienda de antigüedades del Señor Cachopo, ubicada a tan solo unos minutos del campus universitario San Francisco, en la calle de Andrés Piquer 8. Radios viejas, teléfonos con el disco gastado de tanto marcar, gramolas en rústicas cajas de madera o las más antiguas máquinas de escribir Olivetti adornan la que parece una diminuta tienda de coleccionismo. En el mostrador aguarda un recepcionista que solicita el nombre de todo aquel que cruza el umbral. Tras unos minutos de espera, todos esos antiguos objetos muestran su verdadera cara como “atrezzo” y una puerta secreta se abre en medio de una estantería para dar paso a una sala oculta.

Luces tenues y cálidas inundan la que parece una antigua prisión reconvertida en un rústico restaurante. Enclavado en la roca, un brillante neón con el nombre de Señor Cachopo ilumina levemente la sala. “Como os veo cara de malos, os voy a meter en la prisión”, señala el anfitrión. A continuación, una antigua celda con pintadas en las paredes y una falsa letrina se transforma en una mesa de banquete entre barrotes. Entre tantos cambios y detalles, es fácil perderse en el espacio y el tiempo, por lo que, para ayudar a reubicarse, el salvamanteles se convierte en el periódico “El noticierzo” del sello Cachopo Lovers United Press. Se trata de un diario que hay que leer con mucha atención para descubrir los guiños irónicos que incluyen las noticias de este ficticio periódico zaragozano con el que las risas están aseguradas.

Un aire añejo se respira al cruzar las puertas de la tienda de antigüedades del Señor Cachopo

Además de una cuidada decoración inspirada en los “speakeasy” estadounidenses de los años 20, lo mejor de este establecimiento es su amplia oferta cachopos. Ya sea para disfrutar de manera individual o para compartir, existen alrededor de una quincena de cachopos para todos los gustos: El “tradicional” de ternera rubia y jamón de Teruel, el “Peaky Blinders” de ternera gallega, cecina de León y queso navarro, o “La Camorra” de ternera gallega y los aromas caprese en honor a la mafia italiana. También ofertan originales entrantes, arroces y deliciosos postres caseros.

Cada minucioso y cuidado detalle de este establecimiento sumado a las delicias de la cocina asturiana ha conseguido que el Señor Cachopo esté en boca de todos los zaragozanos. Reflejo de este éxito es que, al ser un establecimiento que solo acoge a un cierto número de comensales por día, es necesario realizar una reserva con bastante anterioridad.

BUNKERBAR

La figura de un gorila y una simulada y frondosa vegetación dan la bienvenida a todo aquel que cruza las puertas del número 20 de la calle Jerónimo Zurita. Cualquiera podría pensar que, en pleno corazón de Zaragoza, ha brotado una jungla que alberga diferentes animales salvajes. Sin embargo, nada es lo que parece porque, en las profundidades, justo debajo del verde de las plantas y el azul intenso que adorna las paredes del Bunkerbar, se halla un antiguo refugio antiaéreo construido en 1937, en plena Guerra Civil.

A pesar de no estar demasiado escondido, tan solo su nombre puede dar alguna pista del misterio que guarda el establecimiento. Con ello, se demuestra su impactante versatilidad, ya que los comensales pueden decidir si sentirse como un verdadero Indiana Jones en medio de la jungla en la planta de arriba o si sentir el escalofriante vestigio de las sirenas y los simulacros de bombardeos en la zona inferior.

El Bunkerbar ofrece diversidad en su cocina con opciones para celiacos, vegetarianos y veganos

Y es que, como si se tratase de la punta de un iceberg, este establecimiento ofrece una pequeña dosis del entramado de túneles y bunkers subterráneos de la ciudad. Sí, como lo lees, el subsuelo de Zaragoza está plagado de cámaras secretas destinadas a proteger a la población durante la Guerra Civil. Sin embargo, la mayoría de ellas son inaccesibles.

Además del multiespacio, el Bunkerbar también ofrece diversidad en su cocina con opciones para celiacos, vegetarianos y veganos. Su nombre resuena en toda Zaragoza cuando se habla de arroces, pero también de carnes, pescados y postres caseros. De igual manera, la fiesta de sabores no termina en los fogones, sino que continúa en la barra de su bar con una exquisita selección de cócteles y vinos muy peculiares recomendados “contra la resaca”, para “el tardeo o la noche” o por “si te atreves”.

PRAGA VERMUTERÍA

Un trocito del encantador carisma checo se encuentra en Zaragoza, concretamente en la calle de la Santa Cruz 13. Se trata de Praga Vermutería, un local que como bien indica su nombre, acoge a todo aquel grupo de amigos o familias que se acercan a tomar el vermut. A partir de las 12 del mediodía, tanto su terraza exterior como el interior de su local se plagan de copas de vinos, cervezas, tapas y vinagres. Prueba de ello es la ilustración que adorna su pared y que invita a brindar por los buenos momentos.

Cada día de la semana se sirve un plato diferente que demuestra la mutabilidad de su cocina. Sin embargo, el que lo prefiera puede escoger su inmensa carta de raciones o un menú que incluye múltiples delicias gastronómicas como el gazpacho, el arroz, el entrecot o diferentes tipos de pescados.

En el Praga Vermutería, cada día de la semana se sirve un plato diferente que demuestra la mutabilidad de su cocina

No obstante, tras la comida, el bar sigue despierto para ofrecer el mejor “tardeo” zaragozano. Concretamente, está abierto los jueves, viernes y sábados desde las 19.00 horas hasta el cierre. Y, como no podría ser de otra manera, el tardeo también se puede disfrutar al aire libre o entre las adornadas paredes de Praga Vermutería, pero te proponemos ir más allá para adentrarte en las profundidades de este local.

Este establecimiento guarda un pequeño secreto en su parte inferior: una rústica y antigua bodega de ladrillo con amplias bóvedas, arcos y columnas. A todos estos elementos se suma una extensa barra que crea una atmósfera relajada y distendida para disfrutar de cócteles y destilados tradicionales en un sitio diferente.

Para más inri, este encantador espacio acoge todos los viernes por la tarde las notas de la música en directo gracias a su “Aperitivi Under Praga”, una iniciativa más bien clandestina en la que disfrutar en privado de un original aperitivo italiano. ¿Lo mejor de todo? Un inmejorable ambiente que acoge a todos los que desean pasar de una tarde de ensueño.