El santoral católico recuerda hoy, jueves 1 de junio, al mártir San Justino, uno de los primeros filósofos cristianos nacido en Palestina alrededor del año 100 d.C. Estudió filosofía en Alejandría y abrazó el cristianismo después de una experiencia mística que lo llevó a entender que esta religión era la única verdad.
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Después de su conversión, San Justino dedicó su vida a defender y difundir la fe cristiana. Escribió varias obras, entre ellas la «Apología», en la que explica y defiende la doctrina cristiana ante los romanos, y el «Diálogo con Trifón», en el que debate con un judío sobre la verdad del cristianismo.
San Justino fue perseguido y martirizado por su fe en Roma en el año 165 d.C. Su legado como filósofo y mártir es importante para la historia del cristianismo y su pensamiento sigue siendo estudiado hoy en día.
¿POR QUÉ SE CELEBRAN LOS SANTOS?
La onomástica es una forma de reconocer y honrar sus logros espirituales y de buscar su guía e inspiración en nuestras propias vidas. Se venera a los santos como líderes espirituales o figuras que han alcanzado un alto nivel de santidad y han vivido su vida al servicio de Dios o de una religión concreta.
Muchos santos tienen un día especial dedicado a ellos, que celebran los fieles de todo el mundo. Para ello, en cada cultura se celebran diferentes ceremonias religiosas, leyendo sus enseñanzas o visitando lugares sagrados asociados a ellos.