El santoral católico recuerda hoy, jueves 8 de junio, a San Medardo un obispo venerado de Noyon. Nació alrededor del año 456 en Salency, Oise y falleció en su ciudad episcopal el 8 de junio, alrededor del año 545. Proveniente de una familia mixta, con ascendencia franca y galorromana, se cree que su hermano era San Gildardo, obispo de Ruán.
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Desde joven, San Medardo se consagró a la práctica de las virtudes cristianas y al estudio de las letras sagradas y profanas. Acompañaba a su padre en viajes a Vermand y Tournai, donde frecuentaba las escuelas y evitaba las distracciones mundanas. Su piedad ejemplar y sus conocimientos destacados en aquella época, llevaron al obispo de Vermand a otorgarle las órdenes sagradas y a elegirlo como su sucesor.
Aunque inicialmente se resistió, San Medardo aceptó el cargo de obispo y se entregó diligentemente a sus responsabilidades. En el año 531, trasladó su sede episcopal de Vermand, una ciudad desprotegida, a Noyon, la fortaleza más grande del territorio. Esta decisión se tomó debido a las guerras y las incursiones bárbaras que afectaban a Vermand y al norte de Francia en general. Al año siguiente, San Eleuterio, obispo de Tournai, falleció y San Medardo fue invitado a asumir también esa diócesis. Aunque al principio se negó, finalmente aceptó por insistencia de Clotario.
La unión de las diócesis de Noyon y Tournai duró hasta 1146, cuando se separaron nuevamente. Después de una última visita de Clotario a Noyon, el cuerpo de San Medardo fue trasladado a la mansión real de Crouy, cerca de la ciudad de Soissons. En el lugar de descanso de San Medardo, se erigió la famosa abadía benedictina que lleva su nombre.
San Medardo fue uno de los obispos más respetados de su época, y su memoria ha sido venerada popularmente en el norte de Francia. Además, se convirtió en el protagonista de numerosas leyendas.
¿POR QUÉ SE CELEBRAN LOS SANTOS?
La onomástica es una forma de reconocer y honrar sus logros espirituales y de buscar su guía e inspiración en nuestras propias vidas. Los santos se veneran como líderes espirituales o figuras que han alcanzado un alto nivel de santidad y han vivido su vida al servicio de Dios o de una religión concreta.
Muchos santos tienen un día especial dedicado a ellos, que celebran los fieles de todo el mundo. Para ello, en cada cultura se celebran diferentes ceremonias religiosas, leyendo sus enseñanzas o visitando lugares sagrados asociados a ellos.