Un grupo de técnicos y forenses han comenzado los trabajos de identificación de 128 cuerpos de fusilados en la Guerra Civil para su exhumación del valle de Cuelgamuros. Entre ellos se encuentran los de los hermanos Lapeña (Manuel y Ramiro), de Villarroya de la Sierra, cuyas familias tienen la esperanza de recuperar sus restos más de seis años después de que una sentencia firme avalara la salida del antes conocido como valle de los Caídos.
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Así, Pura Lapeña, nieta y sobrina de los hermanos asesinados, ha pedido la “máxima celeridad” para que se lleven a cabo los trabajos, ya que “la gran mayoría de familiares ya son muy mayores y no pueden esperar más tiempo para recuperar los cuerpos”. Además, espera que la convocatoria de elecciones y un posible cambio de Gobierno no afecte a este proceso, que califican como un “derecho democrático”.
Igualmente, desde la Plataforma de Acción por la Memoria de Aragón (PAMA) han celebrado el inicio de estos trabajos, fruto de “años y años de lucha, reivindicación y exigencia” para “reclamar el derecho a la recuperación de los restos para darles una inhumación digna y recuperar su memoria”. “Ha sido fundamental el empeño y esfuerzos de nuestros compañeros Miguel Angel Capapé y Pura Lapeña que, con tesón, han mantenido la esperanza de que sus familiares, los hermanos Lapeña, fueran exhumados y sus restos devueltos”, señalan.
No obstante, la plataforma también ha lamentado las “trabas legales” y la “falta de decisión” del Gobierno a la hora de aplicar la sentencia de 2016, que “reconocía el derecho de la familia a recuperar los restos de los hermanos Lapeña”. “Estamos al lado de Pura Lapeña, a quien acompañamos en su reivindicación y esperamos que, por fin, sea definitiva la actuación que permita que los asesinados del franquismo salgan de ese espacio de vergüenza en que los enterraron”, añaden.