El santoral católico recuerda hoy, lunes 12 de junio, a San León III, un papa valiente y devoto de la Iglesia Católica. Fue elegido papa en 795 y poco después de su elección envió una carta a Carlomagno reconociéndolo como protector de la Santa Sede. Acompañando la carta, León III envió las llaves de la tumba de San Pedro y la bandera de Roma, simbolizando la relación entre el papado y el poder temporal.
Sin embargo, la nobleza romana se opuso al papa y organizó una emboscada en la que resultó herido durante una procesión en 799. Fue depuesto formalmente y enviado al monasterio de San Erasmo, pero logró escapar y buscar refugio con Carlomagno en Paderborn.
Carlomagno, después de escuchar a una embajada romana que acusó falsamente a León de adulterio, apoyó al papa y no reconoció su deposición. Escoltó a León de regreso a Roma, donde convocó y presidió un sínodo en noviembre de 800 para resolver las disputas. El 23 de diciembre, León prestó juramento de su inocencia, y dos días después, el 25 de diciembre de 800, en la basílica de San Pedro, el papa coronó a Carlomagno como emperador.
Este acto histórico estableció la tradición de la coronación imperial en Roma y marcó el comienzo de una coexistencia entre un emperador de Oriente y un emperador de Occidente. Además, afirmó la primacía de Roma y reconoció la existencia de un poder temporal separado del papado, lo que resultó en conflictos posteriores con los emperadores alemanes.
En un concilio en Aquisgrán en 809, San León III prohibió el uso de la cláusula Filioque y ordenó que el Credo niceno fuera grabado en dos tablas de plata y expuesto en San Pedro. El Papa León III falleció el 12 de junio de 816 y fue enterrado en la basílica de San Pedro. Su canonización se realizó en 1673 por el papa Clemente X.
¿POR QUÉ SE CELEBRAN LOS SANTOS?
La onomástica es una forma de reconocer y honrar sus logros espirituales y de buscar su guía e inspiración en nuestras propias vidas. Se venera a los santos como líderes espirituales o figuras que han alcanzado un alto nivel de santidad y han vivido su vida al servicio de Dios o de una religión concreta.
Muchos santos tienen un día especial dedicado a ellos, que celebran los fieles de todo el mundo. Para ello, en cada cultura se celebran diferentes ceremonias religiosas, leyendo sus enseñanzas o visitando lugares sagrados asociados a ellos.