El santoral católico recuerda hoy, viernes 16 de junio, a San Aureliano de Arlés. San Aureliano fue un obispo de Arlés en el siglo VI. Se destacó por su sabiduría, su santidad y su dedicación al servicio de la Iglesia. Durante su episcopado, promovió la evangelización y la educación cristiana en su diócesis. San Aureliano fue un defensor incansable de la fe y un guía espiritual para su comunidad. Su legado perdura hasta hoy, siendo venerado como un santo y modelo de virtud.
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Este 16 de junio, el santoral también homenajea a Santa María Teresa Scherer. Nacida en Brasil en el siglo XX, Santa María Teresa Scherer fue una religiosa de la Congregación de las Hermanas del Instituto de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María. Dedicó su vida al servicio de los enfermos y necesitados, especialmente en el ámbito de la salud. Santa María Teresa fue una incansable defensora de la vida y la dignidad humana. Su caridad y compasión hacia los más vulnerables la convirtieron en un faro de esperanza para aquellos que sufren.
San Aureliano de Arlés y Santa María Teresa Scherer, ambos honrados en el santoral del 16 de junio, nos inspiran con su ejemplo de entrega y servicio. San Aureliano nos muestra la importancia de guiar a otros en la fe y promover la unidad en la Iglesia. Santa María Teresa nos enseña la importancia de amar y cuidar a nuestros hermanos más necesitados, especialmente aquellos que enfrentan enfermedades y dificultades. Ambos santos nos invitan a vivir con generosidad y a poner nuestras habilidades al servicio de los demás, siguiendo el llamado de Cristo a amar y servir al prójimo.
¿POR QUÉ SE CELEBRAN LOS SANTOS?
La onomástica es una forma de reconocer y honrar sus logros espirituales y de buscar su guía e inspiración en nuestras propias vidas. Se venera a los santos como líderes espirituales o figuras que han alcanzado un alto nivel de santidad y han vivido su vida al servicio de Dios o de una religión concreta.
Muchos santos tienen un día especial dedicado a ellos, que celebran los fieles de todo el mundo. Para ello, en cada cultura se celebran diferentes ceremonias religiosas, leyendo sus enseñanzas o visitando lugares sagrados asociados a ellos.