El Valle de Tena es uno de esos tesoros del Pirineo Aragonés. Ubicado en la provincia de Huesca, se encuentra rodeado de montañas y bosques y es sin duda un auténtico paraíso de la naturaleza para todo aquel que vaya en busca de algo de paz y de tener la posibilidad de disfrutar de una incalculable belleza. Un enorme patrimonio cultural, pueblos con encanto, planes, rutas y rincones secretos son solo unas pinceladas de todo lo que esconde uno de los valles más extensos y poblados del Pirineo.
LOS PUEBLOS CON MÁS ENCANTO DEL VALLE DE TENA
A los pies de la Peña Foratata se ubica un precioso pueblo aragonés con un casco histórico en perfecto estado. Pasear por Sallent de Gállego es prácticamente un regalo. Desde la plaza con su famoso rocódromo, el camino hasta el embalse de la Sarra que se puede acceder por una ruta bien señalizada o incluso dar la vuelta al pantano de Lanuza en un agradable paseo para descubrir hasta el último rincón de estas dos localidades oscenses.

El pueblo de Panticosa, rodeado de altas cumbres, forma parte de la Reserva de la Biosfera Ordesa-Viñamala junto a otros municipios como Yesero o Broto. Algunos lugares emblemáticos como Casa Tartalla, la ermita de San Salvador, la iglesia de la Asunción, la Fuente de La Cruz o el característico Puente Viejo son de obligada visita. Además, la localidad incluyó recientemente un recorrido de 700 metros a través de las pasarelas de Panticosa sobre el río Caldarés o también se puede subir a la telecabina de Aramón para disfrutar de las mejores vistas del valle.
Famoso por sus casas y escondido entre pinares y robledales, Tramacastilla de Tena esconde algunos de los secretos mejor guardados del valle. Durante la visita, es parada obligatoria la cerveza artesana de la Tensina, fabricada con las aguas procedentes de las montañas que rodean el pueblo. Un paseo por la ruta circular en el bosque del Betato o un tren que lleva hacia lo más profundo de la Montañana, son dos posibles rutas para embellecer la jornada. Muy cerca se encuentra Piedrafita de Jaca, famoso por el parque de Lacuniacha y por el sendero que lleva hasta el ibón de Piedrafita, un camino que se puede alargar hasta el Arco de Piedrafita.

La última parada obligatoria en esta ruta por los pueblos del Valle de Tena es Biescas, que se extiende a ambos lados del río Gállego. Cada mes de octubre celebra su tradicional Feria de Otoño y a lo largo el año ofrece gran cantidad de actividades de ocio y deportivas como el espacio multiaventura Polituara. Las opciones gastronómicas también son muy amplias y sin duda uno de los locales más famosos es La Bodega de Pepe donde se pueden degustar sabrosas migas y carne a la brasa.
RUTAS SENCILLAS POR LOS IBONES DEL VALLE
El Ibón de Piedrafita es un lugar mágico ubicado bajo la imponente Peña Telera. Se trata de uno de los ibones más accesibles del Pirineo, de dificultad baja con apenas una hora de camino de ida y con la recompensa de llegar a una joya de agua que decora la cordillera. En el municipio de Sallent de Gállego, muy cerca del Portalet se ubica el antiguo volcán de Anayet y justo debajo los ibones del mismo nombre. Una ruta clásica con una dificultad media y algo más de dos horas de ida hasta llegar al ibón.

Los ibones, esas perlas azules que decoran el valle, son abundantes en esta zona y otra opción de ruta son los ibones de Bachimaña, en Panticosa, de dificultad media y dos horas de ruta. También en Panticosa se ubican los Ibones de Ordicuso, muy cerca del Balneario, poco conocidos, pero de gran belleza a poco más de una hora de ida. La última propuesta de ibones en Panticosa son los ibones Brazatos, una excursión perfecta para hacer en familia y con la que se llega a una altura considerable desde la que disfrutar de la montaña en estado puro.
Al final del Valle de Tena, en la Comarca del Alto Gállego, se encuentra el ibón de Espelunchiecha, una excursión sencilla de menos de una hora de llegada. El último ibón asequible y de poca dificultad se encuentra en Tramacastilla. El Ibón d´as Paules, se puede hacer tanto andando como en bicicleta y en invierno es una ruta para hacer con raquetas, aunque sea cual sea la opción elegida, las vistas son siempre espectaculares.
LA MAGIA DEL BOSQUE DEL BETATO
El bosque del Betato está plagado de mitos y leyendas y es que se cuenta que allí las brujas del valle se reunían para hacer sus conjuros y aquelarres. Para descubrir toda esa magia, una de las mejores opciones es una sencilla ruta circular con una duración total de dos horas. Situado en pleno corazón del Pirineo, aquí se encuentra uno de los hayedos más bonitos de la provincia de Huesca. La ruta comienza en la localidad de Piedrafita de Jaca y al margen de los cuentos y leyendas es uno de los bosques de mayor encanto y valor botánico de la comarca.

LAS CASACADAS, UNA JOYA DE LA NATURALEZA
Las cascadas naturales del Pirineo también son verdaderas joyas. Es el caso de O Saldo de Escarrilla, una preciosa cascada a apenas una hora desde este pueblo. Otro ejemplo de cascada lo tenemos en Orós Bajo, una localidad muy cercana a Biescas y sin duda unas de las rutas más bonitas del valle de Tena.
Una de las joyas dentro de las cascadas es el Salto en Sallent de Gállego, una caída de agua celestial y un sendero corto de apenas 2 kilómetros, muy ligero y una longitud perfecta para hacer el camino con niños. El entorno de Santa Elena, muy cerca de la localidad de Biescas, se esconden grandes secretos como dólmenes neolíticos, un calendario celta y después de un zigzaguiante ascenso se ubica el fuerte de Santa Elena, la ermita y una cascada, o más bien, un caudaloso manantial, conocido como Fuente de la Gloriosa.
EL VALLE DE TENA DESDE LAS ALTURAS
A 1965 metros de altura se ubica la cima del pico Pacino, desde el que se pueden contemplar unas de las mejores vistas del valle de Tena. Para hacer esta ruta se puede empezar desde la localidad de Sallent de Gállego o desde un pequeño aparcamiento algo escondido en la carretera. Se trata de un pico sencillo, sin gran dificultad que es recomendable hacer durante los meses de mayo y junio, cuando ya la nieve ha desaparecido por completo.

LA TIROLINA MÁS GRANDE DE EUROPA ESTÁ EN EL VALLE DE TENA
En la localidad de Hoz de Jaca, se ubica la tirolina doble más larga y alta de Europa. Se trata de una tirolina extrema, apara para todos los públicos en la que se puede llegar a alcanzar hasta los 90 kilómetros por hora. Desde el mirado de este pueblo, se da el salto para recorrer los 950 metros y se puede reservar en la oficina de turismo de Hoz de Jaca o a través de su página web.

RECUPERARSE DE LA EXCURSIÓN CON LA MEJOR GASTRONOMÍA
El Valle de Tena no solamente cuenta con unos paisajes espectaculares, sino que comer bien gracias a los productos de cercanía y a una cocina de montaña es muy fácil en este entorno. En la localidad de Sallent de Gállego destaca el Asador Casa Jaimico, famoso por su cochinillo, o Casa Martón.

En Tramacastilla no solo hay rutas sino también algunos de los mejor valorados restaurantes del valle. Es el caso de Casa Patro y sus tradicionales migas o Casa Blanco. En el pueblo de Escarrilla destaca Casa Mingo y en Biescas es parada obligatoria La Borda del Bosnerau, El Montañés o Asador Casa Juan.