El santoral católico recuerda hoy lunes 26 de junio a los mártires San Juan y San Pablo, quienes vivieron en el siglo V y dieron testimonio valiente de su fe en medio de la persecución. Estos santos, originarios de Roma, fueron amigos cercanos y compartieron una profunda amistad en Cristo.
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San Juan y San Pablo fueron funcionarios del palacio imperial bajo el gobierno del emperador Juliano el Apóstata. Sin embargo, cuando Juliano declaró su intención de restaurar el paganismo y perseguir a los cristianos, San Juan y San Pablo rechazaron renunciar a su fe.
A pesar de su posición privilegiada, estos santos decidieron abandonar sus cargos y vivir una vida de sencillez y dedicación a Dios. Se convirtieron en ermitaños, dedicando su tiempo a la oración, la penitencia y la caridad hacia los necesitados. Sin embargo, su testimonio de fe les costó la vida, ya que fueron arrestados y martirizados por su negativa a renunciar a su creencia en Cristo.
En este día, recordamos y honramos a San Juan y San Pablo como modelos de valentía y fidelidad a Dios en tiempos difíciles. Su ejemplo nos desafía a mantenernos firmes en nuestra fe, incluso cuando enfrentamos adversidades y tentaciones. Su martirio nos inspira a vivir con un amor inquebrantable hacia Cristo y a vivir en comunión con los demás.
FUNDADOR DEL OPUS DEI
Este 26 de junio, el santoral también homenajea a San José María Escrivá de Balaguer, un destacado sacerdote español y fundador del Opus Dei. Nacido en 1902, San José María Escrivá dedicó su vida al servicio de Dios y a la promoción de la santidad en la vida cotidiana.
Fundó el Opus Dei en 1928, una institución eclesiástica que promueve la búsqueda de la santidad en medio de las ocupaciones ordinarias del mundo. San José María Escrivá enseñó que cualquier trabajo o actividad, por humilde que parezca, puede convertirse en una ocasión de encuentro con Dios.
Su visión revolucionaria de la espiritualidad y su enfoque en la «santificación del trabajo» resonaron en muchos corazones y transformaron la vida de numerosas personas. San José María Escrivá fue canonizado en 2002 por el Papa Juan Pablo II, quien lo describió como un «santo de lo ordinario».
En este día, recordamos y honramos a San José María Escrivá por su legado inspirador y su llamado a la santidad en la vida diaria. Su ejemplo nos anima a buscar la presencia de Dios en cada aspecto de nuestras vidas y a vivir con un compromiso renovado de amor y servicio a los demás.
¿POR QUÉ SE CELEBRAN LOS SANTOS?
La onomástica es una forma de reconocer y honrar sus logros espirituales y de buscar su guía e inspiración en nuestras propias vidas. Se venera a los santos como líderes espirituales o figuras que han alcanzado un alto nivel de santidad y han vivido su vida al servicio de Dios o de una religión concreta.
Muchos santos tienen un día especial dedicado a ellos, que celebran los fieles de todo el mundo. Para ello, en cada cultura se celebran diferentes ceremonias religiosas, leyendo sus enseñanzas o visitando lugares sagrados asociados a ellos.