Si hablamos de caracoles, no hay un término medio. Algunos odian su textura y otros no pueden resistirse al placer de saborearlos acompañados de alioli, tomate o simplemente con sal. Encontrar el punto exacto para cocinarlos no es tarea fácil pero hay un restaurante zaragozano que bien se ha ganado la fama de tener uno de los platos de caracoles más apetecibles de la ciudad. Se trata del Mesón Los Cántaros (calle de Lacarra de Miguel, 38), un local que lleva desde 1986 ofreciendo deliciosos platos de la cocina tradicional aragonesa. «En esta casa hay buena brasa», reza su eslogan dando una pista de lo que se podrán encontrar los comensales al pasar la puerta. Aunque, eso sí, la mayoría ya sabe a lo que va y es que, como cuenta la encargada del restaurante, Adriana Pemán, la gente va «de propio» a por sus caracoles a la brasa.
Dicen que en la sencillez está el gusto y en el caso de sus caracoles basta la brasa y un alioli casero para tener un plato de lo más suculento. Una de las peculiaridades es que los caracoles se flambean antes de servirlos en unas bandejas que no suelen durar mucho sobre la mesa pues son muchos los que pasan cada día por el restaurante para comerlos. «Son, sin duda, el plato más vendido de nuestra carta», explica Adriana.
Y no solo lo dicen ellos y es que son muchas las reseñas en diferentes páginas web que lo avalan. «Los mejores caracoles de Zaragoza. Por ahora no he encontrado otro sitio donde los hagan igual», dice uno de los comentarios de TripAdvisor. «Sus caracoles son de otro mundo» o «caracoles soberbios y materia prima buenísima» son otras de las opiniones de los usuarios.
Y aunque los caracoles se encuentren en el top, en Los Cántaros también hay otros «bestseller» como son las chuletas a la brasa, el surtido de brasa de Aragón con chorizo, longaniza y morcilla y las migas a la pastora con chorizo, longaniza y huevo frito. En la carta también se puede encontrar una gran variedad de carnes, desde chuletón de buey (de 1kg y 650 gramos) a paletilla de ternasco, magret de pato, entrecot de ternera con guarnición o solomillo de ternera con salsa roquefort o pimienta.
Si uno no es muy fan de la carne o prefiere probar otros platos, en Los Cántaros también se puede disfrutar de una parrillada de verduras, un plato de trigueros con virutas de foie, pulpo a la gallega, tomate rosa con ventresca y cebolla caramelizada o un apetecible surtido de quesos con nueces y miel.
