Los indicadores de sequía y escasez de junio han mejorado con respecto a los de mayo para la cuenca del Ebro. Sin embargo, se mantienen las medidas de contención. Según apunta la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) en su informe mensual, esta mejora se debe a las lluvias de junio, que han duplicado el promedio de este mes.
La CHE destaca que las unidades territoriales del Gállego – Cinca y Aragón y Arbas pasan de situación de emergencia a situación de alerta por escasez, y se quedan fuera de la emergencia todas las unidades territoriales que estaban en alerta en el mes anterior.
En este año hidrológico -desde el 1 de octubre hasta el 30 de junio- ha llovido en la cuenca el 91 % de la lluvia media. Si se analizan los meses de junio de los últimos 22 años, se ve que las lluvias de este pasado mes de junio han doblado la media y que, además, se ha registrado el máximo de toda la serie.
Por ello, se pone de manifiesto que se ha aliviado la situación de sequía prolongada en la cuenca. Esto supone que a final de junio se encuentra en situación de sequía prolongada el 74 % de la cuenca, lo que muestra una ligera mejoría.
Respecto a la situación de escasez, han mejorado las unidades territoriales relacionadas con el Pirineo central, pasando de emergencia a alerta en el Gállego – Cinca y en el Aragón y Arbas.
Además, se ha mantenido la situación de alerta en el Huerva, Noguera – Pallaresa y Noguera – Ribagorzana, aunque están más lejos de entrar en situación de emergencia.
En definitiva, en la cuenca del Ebro se ha pasado de estar el 42 % de su superficie en situación de emergencia en el mes de mayo al 20 % en junio.
A pesar de que la previsión de la Aemet es que este verano pueda ser algo más húmedo de lo normal, desde la CHE piden prudencia en el uso del agua.