Cortadas en forma de cubo, con salsa picante, crujientes por fuera y blanditas por dentro. Esta solo es una forma de comer uno de los platos clásicos de la gastronomía española: las patatas bravas. Una receta a priori sencilla por la escasez de ingredientes necesarios, que parece no tener más misterio que freír unas patatas. Sin embargo, degustar dos platos de patatas bravas exactamente iguales resulta casi imposible. Miles de recetas y un paladar cada vez más exigente al buscar la receta perfecta.
Resulta extraño sentarse en la terraza de un bar y no escuchar entre gritos: “¡Marchando una de bravas!”. Porque es la ración perfecta para comenzar cualquier comida. Sencilla, económica y a gusto de la mayoría de asistentes en la mesa, cuyo origen es casi tan desconocido como las diferentes fórmulas para elaborarlas.
Mientras algunos apuestan por las creaciones culinarias más vanguardistas y novedosas, los más clásicos buscarán satisfacción en las recetas tradicionales que perduran en aquellos bares “de toda la vida” transmitidas de generación en generación. Estas son diez propuestas para probar desde las patatas más tradicionales hasta las últimas creaciones en Zaragoza.
BAR MONTESOL
Comenzamos por el Bar Montesol porque es una parada obligatoria a la hora de probar una ración de patatas bravas en Zaragoza. Está situado en la calle Franco y López (nº2) junto a la zona universitaria y lleva desde 1973 sirviendo sus conocidas patatas a miles de estudiantes que cada año pasan por allí. Un bar de toda la vida que se ha convertido en uno de los míticos bares zaragozanos de tapeo, del que no te puedes marchar sin probar sus bravas con contundente salsa y un toque de picante que recubren las crujientes patatas.

CERVECERÍA LONDON
Otra cervecería bastante conocida entre los universitarios es el Bar London. ¿Quién no ha probado alguna vez sus bocadillos o sus raciones? Y es que sus patatas bravas están hechas en la freidora para conseguir ese punto crujiente y blando por dentro. Aunque lo que más llama la atención es su salsa. Primero tienen una primera capa de mayonesa suave y por encima una salsa roja picante elaborada con pimentón, pimienta y aceite que les da ese toque diferente.

CALAMAR BRAVO
Aunque la especialidad de El Calamar Bravo sean sus míticos bocadillos de calamares, el plato estrella para acompañarlo es su ración de patatas bravas. Lo que triunfa es la salsa casera que compone ambos platos. Sin saber cuál es la receta exacta, se conoce que la salsa principal está compuesta de ajo y el toque picante se lo da la cayena que compone las pequeñas gotas de salsa que están por encima. Sin embargo, el toque picante no deja de ser una opción para los más atrevidos, porque sin picante también se puede degustar.

BAR EL FAUSTINO
El Faustino, ubicado en la Plaza de San Francisco, es otro de esos restaurantes “de toda la vida”. Sus patatas bravas destacan por su salsa de textura cremosa y por ese extra de picante para aquellos amantes del sabor fuerte.

LOS ESPUMOSOS
En la Cervecería Los Espumosos, además de su famosa cerveza espumosa con limón y sus gambas Orly, también se puede probar la tradicional ración de patatas bravas. La carta de esta cervecería ofrece una amplia selección de tapas y raciones con sabores tradicionales, entre los que se encuentran sus patatas bravas. Mayonesa, kétchup y un poco de picante si lo desea el consumidor, una ración económica como aperitivo o acompañar una comida. Los espumosos llevan dando servicio a sus clientes desde 1920 y ahora cuenta con cinco locales distribuidos en la capital aragonesa en las calles Cinco de Marzo, Cádiz, Delicias; en Paseo Sagasta y en Avenida de Juan Pablo II.

THE BRONSON BAR
La especialidad de The Bronson Bar son sus hamburguesas, elaboradas de manera totalmente artesanal. Pero, no hay nada mejor que acompañar una hamburguesa con unas patatas bravas. Además, en este establecimiento disponen de tres recetas diferentes. «Amor y Balas», una ración de patatas gajo a las siete salsas con rodajas de salchicha, «Los Siete Magníficos», un enorme plato de patatas gajo a las siete salsas; y por último, las «patatas bravas clásicas» con alioli casero y salsa brava.

7 GOLPES
En la calle Libertad de Zaragoza se encuentra otro establecimiento donde preparan una receta diferente a las conocidas patatas bravas clásicas. En 7 Golpes elaboran unas patatas hojaldradas cortadas en bloques rectangulares y acompañadas con una mayonesa de jalapeños. Lo curioso es acercarse cualquier día a este establecimiento, prácticamente todas las mesas piden estas patatas. Será porque nadie quiere marcharse sin probarlas.

RESTURANTE ELE
Degustar la gastronomía de siempre con un toque único es posible en el Restaurante Ele. Ubicado en la calle Pedro María Ric, este restaurante busca sorprender a sus comensales desde los entrantes hasta el postre. Uno de estos entrantes son las patatas bravas versión “ELE” con espuma de salsa kimchi, que triunfan entre sus clientes.

SR. CACHOPO
En este restaurante el plato principal es su cachopo, ya que se encuentra entre los cuatro primeros cachopos del mundo y el tercero de España. Aunque para abrir el paladar mientras se cocina su propuesta basada en filetes de ternera Bazkalezku rellena de queso y picaña, los comensales apuestan por su «jenga de patatas bravas ¡A jugar!». Un formato diferente de degustar las patatas bravas en el establecimiento de la calle Andrés Piquer.

MELÍ MÉLO
Situado en la Calle Mayor, a pocos minutos del Coso y de la Plaza del Pilar, el Melí Mélo es un establecimiento moderno con un toque vintage, con un gran mostrador lleno de sugerentes tapas de diseño. Apostaron por sofisticar la clásica ración de patatas bravas y el resultado fue unas patatas fritas con un toque espumoso de salsa brava. Una propuesta diferente presentada en un cono cerámico, imprescindible en el menú de los comensales que pasan por este bar.
