El santoral católico recuerda hoy martes 1 de agosto a San Alfonso María de Ligorio, obispo y doctor de la Iglesia, fundador de la Congregación del Santísimo Redentor. San Alfonso nació en Italia en el siglo XVIII y fue un destacado teólogo y líder espiritual. Se entregó por completo al servicio de Dios y fundó la congregación religiosa con el objetivo de predicar el Evangelio y llevar la misericordia redentora de Cristo a los más necesitados.
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San Alfonso fue un prolífico escritor y sus obras teológicas y espirituales, como «Las Glorias de María» y «Práctica del Amor a Jesucristo», han sido ampliamente reconocidas y apreciadas en la Iglesia. Además, fue un ferviente defensor de la fe y trabajó incansablemente en la evangelización y en la formación de sacerdotes y religiosos.
Este 1 de agosto, el santoral también homenajea a San Pedro Fabro, sacerdote jesuita. San Pedro Fabro vivió en el siglo XVI y fue uno de los primeros compañeros de San Ignacio de Loyola en la fundación de la Compañía de Jesús. Fue un hombre de profunda espiritualidad y sabiduría, conocido por su espíritu de humildad y su compromiso con la formación espiritual de los demás.
San Pedro Fabro fue un apasionado predicador y trabajó incansablemente en la promoción del diálogo interreligioso y la reconciliación. Su legado perdura en la Compañía de Jesús y en la Iglesia, como un modelo de servicio y amor a Dios y al prójimo.
En este día especial, la Iglesia conmemora a San Alfonso María de Ligorio y a San Pedro Fabro, resaltando su profundo compromiso con la fe y su dedicación al servicio de Dios y de sus hermanos. Que su ejemplo nos inspire a vivir con pasión y humildad, llevando la misericordia de Cristo a los demás y trabajando por la edificación del Reino de Dios.
¿POR QUÉ SE CELEBRAN LOS SANTOS?
La onomástica es una forma de reconocer y honrar sus logros espirituales y de buscar su guía e inspiración en nuestras propias vidas. Se venera a los santos como líderes espirituales o figuras que han alcanzado un alto nivel de santidad y han vivido su vida al servicio de Dios o de una religión concreta.
Muchos santos tienen un día especial dedicado a ellos, que celebran los fieles de todo el mundo. Para ello, en cada cultura se celebran diferentes ceremonias religiosas, leyendo sus enseñanzas o visitando lugares sagrados asociados a ellos.