Aunque la arena no desemboque en el mar sino en una refrescante piscina, oficialmente Zaragoza sí que tiene playa. En el meandro de Ranillas y con la arena blanca y las palmeras, «Las playas» se convierten en el escenario improvisado de aquellos que echan de menos una real en la capital aragonesa. Además de tomar un baño o tostarse al sol, allí también se pueden practicar algunos deportes habituales en la costa como el fútbol playa, datchball, tenis playa o voleibol. Alquilar la pista de voley en este lugar tiene un precio de 8 euros la hora de lunes a viernes y de 14 euros, sábados, domingos y festivos. Pero no es allí solamente donde se puede practicar.
Con unas casi recién estrenadas pistas, el Parque Deportivo Ebro es otro de los lugares donde los usuarios pueden practicar voleyplaya. Son un total de cuatro (las de playa) y tres cubiertas donde se pueden jugar partidos simultáneos y se encuentran al lado del campo de hockey. Y es que el recinto ha ido incorporando con el paso de los años un buen puñado de zonas ampliando así su zona deportiva. La idea es que en los próximos meses se puedan incorporar nuevas disciplinas en su versión de playa, como balonmano, para los adeptos a estos deportes veraniegos.
En pleno barrio del Actur, el «Beach Sport Zgz» es otro de los lugares favoritos donde practicar deportes de playa en Zaragoza. Se encuentra en las piscinas municipales del barrio, unas de las que más afluencia registran cada verano. Allí se encuentran dos pistas de arena polivalentes que se adaptan para jugar al fútbol, vóley, balonmano o tenis. Además, el complejo tiene pistas para practicar otras disciplinas.
Y más allá de la arena, los deportes de playa también se practican en el mar. Y aunque de eso sí que no tenemos en Aragón, sí que se pueden practicar algunos en embalses y pantanos sin salir de la provincia de Zaragoza. En el Mar de Aragón, por ejemplo, se puede hacer desde kayak a windsurf, esquí acuático, wakeboard, paddlesurf, kayaks y pesca. Otro de los lugares idílicos para practicar estos deportes es el embalse de La Loteta que, para muchos ya se ha convertido en la Tarifa aragonesa debido al fuerte viento que allí sopla.
